Vitoria - Esteban Ruiz y Mikel Gracianteparaluceta saben colocar perfectamente en el tiempo cada una de sus cientos de insignias, pero hay dos cuyo origen se les escapa. La primera la consiguió Esteban por medio de un conocido y se trata de la bandera del Alavés, algo desgastada por el paso de los años, bajo la cual se pueden leer las siglas PDA. Esteban espera destapar algún día lo que significan, mientras que Mikel apuesta por un error de fabricación, lo cual haría la insignia más exclusiva todavía. Ninguno se aventura a concretar el año de su creación, pero el aspecto desde luego es antiguo y artesano.

Mikel, por su parte, guarda en casa un escudo del Alavés del tamaño de la uña de un dedo meñique, que estima que data de 1940, en los orígenes del club babazorro. Conservada en perfecto estado, llama la atención su colorido y el detalle en tal diminuto tamaño. “La encontré por casualidad en una tienda de antigüedades en el centro. Me dieron un buen sablazo pero no podía dejarla escapar, si no me iba a arrepentir. No la he visto en ningún otro lado”, explica este aficionado. Además, está siguiendo el rastro de un pin en el que aparecen los escudos de Alavés y Arsenal, algo extrañísimo, ya que nunca se han enfrentado entre ellos. “Es una de esas meteduras de pata que convierten la insignia en algo único y le añade un extra de valor”, zanja Gracianteparaluceta.