Suele ser habitual que los deportistas profesionales aprovechen los escasos días libres con los que cuentan durante la temporada de competición para concederse un pequeño capricho o disfrutar de alguna celebración aplazada por sus continuos compromisos. Y algo así fue lo que se dispuso a hacer el exalbiazul Munir el Hadadi el pasado fin de semana. Sin obligaciones con la selección de Marruecos ni con el Barcelona, el delantero vio la ocasión ideal para festejar los 23 años que había cumplido el día 1 de septiembre. Sin embargo, los planes no salieron exactamente como estaba previsto. Y es que según desveló en su edición de ayer el periódico El Mundo, el futbolista se vio envuelto en un desagradable incidente, con presencia policial incluida, al final de la velada.

Según la información del rotativo, Munir había pactado con la discoteca Tiffany’s de Madrid el alquiler de uno de sus reservados de lujo para celebrar una fiesta privada a la que acudirían aproximadamente treinta personas. En el pack estaba incluido un servicio de comida, bebida y cachimbas. Todo ello por una cantidad aproximada de 8.000 euros.

Pero cuando la fiesta concluyó y el exalbiazul se dispuso a abonar la cuenta se encontró con una factura cercana a los 16.000 euros que se negó en redondo a pagar. Ante esta situación y el cada vez más elevado tono de la discusión, los responsables del local llamaron a la Policia Nacional, que se personó de inmediato en la discoteca. Ante la amenaza de una posible denuncia, Munir optó por asumir el pago de lo que se le reclamaba (con un ligero descuento).

La justificación para el incremento del precio de la fiesta, según la discoteca, está en que el servicio de cachimbas lo prestó una empresa externa y que los asistentes consumieron más de lo inicialmente pactado tanto en este apartado como en el de la bebida y comida. En definitiva, unos malos humos que a Munir le han salido más caros de lo previsto.