vitoria - Resulta innegable que el fútbol es un espacio repleto de tópicos y uno de los más recurrentes es el que asegura que los delanteros viven del gol. Aunque es verdad que el número de dianas conseguidas es únicamente una parte de lo que deben ofrecer sobre el césped, no lo es menos que este es el principal rasero por el que acostumbran a ser medidos. Por ello son habitualmente las piezas más codiciadas del mercado y, como contrapunto, también los más examinados con lupa. El Deportivo Alavés no es una excepción en este apartado y la primera mini etapa liguera que se ha disputado antes del primer parón por las selecciones ha servido para evidenciar los contrastes de la vanguardia albiazul en estos momentos.
Bien podría decirse que los tres encuentros que se han disputado hasta la fecha -en los que el conjunto de Abelardo ha conocido los tres signos quinielísticos con una derrota, un empate y una victoria- han mostrado las caras y la cruz de un plantel que todavía tiene por delante mucho margen de recorrido.
En el terreno positivo aparecen los nombres propios de Rubén Sobrino y Borja Bastón. Ambos fueron los autores de los dos goles al Espanyol que certificaron el estreno del casillero de triunfos este curso y, además, completaron una actuación notable durante todo el choque. Todo ello, partiendo desde una situación bien diferente. Porque mientras que el de Daimiel vive su tercer ejercicio en Mendizorroza el madrileño es uno de los fichajes del pasado verano.
Lo que comparten los dos, eso sí, son las ganas de reivindicarse y dar un paso adelante en sus respectivas trayectorias. Aunque ha gozado de algunas fases de protagonismo durante las dos pasadas temporadas, lo cierto es que Sobrino no ha conseguido consolidarse en el equipo titular albiazul hasta el momento y, especialmente durante la primera mitad de los campeonatos, se ha visto relegado con frecuencia al banquillo o incluso la grada. Ahora, en cambio, ha estado en el once inicial en los tres encuentros de liga disputados y ha ofrecido un rendimiento notable. Especialmente el pasado domingo, cuando fue el mejor albiazul sobre el césped y estrenó su cuenta realizadora con el golazo que certificó el 2-1.
Borja Bastón, por su parte, viene de dos años bastante grises tras haber brillado antes en el Eibar. Por eso, quiere demostrar a toda costa que no ha perdido su olfato goleador. Y no hay mejor manera de realizarlo que levantando los brazos con frecuencia. El primer paso lo dio el sábado abriendo el camino de la remontada. Algo que supone mejorar ya sensiblemente sus últimos registros. Porque la pasada temporada necesitó disputar veinte partidos para firmar tres solitarios goles. Además de la diana, Bastón ofreció también un gran trabajo de desgaste y abrió espacios muy valiosos para los compañeros que llegaban desde atrás.
Con estas tarjetas de presentación, los dos futbolistas han dado un rotundo golpe sobre la mesa de Abelardo para reclamar su continuidad dentro de los elegidos para la titularidad en la vanguardia. Más aún teniendo en cuenta que la competencia que tienen en estos momentos no es precisamente del más alto nivel. Porque si Sobrino y Bastón son la cara de moneda John Guidetti es sin duda la cruz.
El delantero sueco, que participó con su selección en el pasado Mundial de Rusia, se encuentra actualmente muy lejos de su estado de forma óptima. Tras incorporarse más tarde que el resto de sus compañeros al trabajo de pretemporada -con un físico manifiestamente mejorable-, continúa sin alcanzar la puesta a punto que exige la competición de máximo nivel. Fuera de la convocatoria en el estreno liguero en Barcelona, el domingo actuó la última media hora sin mostrar signos de mejoría. De hecho, dio la impresión por momentos de estar completamente desconectado del juego. Una situación que, por el bien de ambas partes, jugador y club deben solucionar cuanto antes.
Finalmente el último en llegar, el argentino Calleri, continúa con problemas físicos y todavía no ha podido estrenarse como albiazul. Si quiere ganarse los minutos de los que ahora disfrutan Sobrino y Bastón tendrá que mejorar el rendimiento de estos, lo que evidentemente elevará el nivel de la competencia y redundará en beneficio del grupo.