Vitoria - Desde los tiempos de Theo Hernández -hoy cedido en la Real Sociedad por parte de su club de origen, el Real Madrid-, no asistía Mendizorroza a una de esas carreras explosivas coast to coast que por norma general acostumbran a levantar a los aficionados de sus asientos. Desde que aquel fornido lateral izquierdo se empeñó en subir al escalafón más alto del fútbol internacional a base de potencia y explosibidad durante la época de Mauricio Pellegrino en el banquillo, no había vuelto a ser testigo la afición alavesa de una jugada parecida o similar. Hasta ayer.
Porque, salvando las distancias, la jugada que recién iniciada la segunda mitad firmó el centrocampista asturiano Jony para dar lugar al segundo gol del Alavés recordó por momentos a las cabalgadas a las que solía acostumbrar Theo a la parroquia albiazul en aquella histórica temporada 16/17. Ayer, al filo de las cinco y media de la tarde, bajo un sol de justicia y un color sofocante, el fichaje recomendado por Abelardo hace solo un par de meses aprovechó una cesión de Maripán prácticamente en su propia área para iniciar una carrera meteórica de 70 metros por la banda derecha -jugó a pierna cambiada durante gran parte del partido- que clavó en apenas nueve segundos tras dejar y esquivar a cinco rivales y que completó con una magnífica asistencia con su pierna mala a Rubén Sobrino para que el manchego batiera al primer toque al meta Diego López y diera la vuelta a un partido que solo un par de minutos antes se hubiese puesto muy cuesta arriba de no ser por la intervención del VAR, que anuló el posible 2-0 del Espanyol por un fuera de juego que, al parecer, solo vio el colegiado Iglesias Villanueva.
metros por delante Un fogonazo, en cualquier caso, el de Jony que en apenas diez segundos elevó aún más la temperatura de un estadio ya de por sí caliente como el de Mendi. Fue una “muestra de la casa”, aseguran quienes le conocen en el plano futbolístico, de lo que el alavesismo y su propio equipo pueden volver a presenciar esta temporada cuando el interior zurdo se encuentre sobre el terreno de juego y, sobre todo, se den las condiciones, esto es, metros y metros por delante y acompañamiento en el tramo final, como ayer interpretó con acierto Sobrino.