Vitoria - Con la sorprendente salvación certificada de forma matemática a falta de cuatro jornadas y una vez descargada toda la adrenalina que significa desprenderse de una carga tan grande para un equipo como el Alavés -cabe recordar en este sentido que el equipo solo sumaba seis puntos a comienzos del pasado mes de diciembre-, el club comenzó ayer a perfilar el que será su tercer proyecto consecutivo de la era moderna en lo más alto del fútbol español. O al menos debería hacerlo. Además, por varias razones. La primera, para evitar los apuros del pasado verano, cuando por falta de músculo financiero y exceso de confianza ante la palabra dada por algún club grande que prometió operaciones que luego no se concretaron, no fue capaz de confeccionar su plantilla a tiempo e inició la liga con demasiadas dudas en el horizonte. Una demora sin duda letal que posteriormente pagó caro con un arranque desastroso que se llevó por delante a Luis Zubeldía y Gianni De Biasi cuando apenas se habían cumplido 14 jornadas. Y la segunda, por puro sentido común. Salvado el equipo a falta de un mes de competición -le queda enfrentarse a la escuadra albiazul en casa al Atlético de Madrid y el Athletic, y fuera a un ya descendido Málaga y Sevilla en la última jornada- , la entidad albiazul tiene tiempo más que de sobra para hacer los deberes, que no van a ser pocos teniendo en cuenta además que este verano hay cita internacional con la celebración del Mundial de Rusia.

Quizá el cometido más importante de todos sea la definición por parte de la dirección deportiva de quién va a dirigir el nuevo proyecto albiazul, si un nuevo preparador o el propio Abelardo Fernández. A tenor de los primeros contactos habidos entre ambas partes y las declaraciones que el técnico asturiano realizó el pasado domingo en Las Palmas, todo hace pensar que será él quien pilote de nuevo al Glorioso salvo un repentino cambio de las posturas. “Por mi parte no va haber ningún problema para que pueda continuar. Estoy feliz en Vitoria y en el Alavés”, se sinceró El Pitu con la salvación ya en el bolsillo y la seguridad de quien se sabe ganador en una partida donde ahora sí podrá plantear a la directiva algunas de sus exigencias para avanzar en la renovación. Es de esperar en cualquier caso que el acuerdo entre ambas partes no se demore más allá de este mes de abril y que Abelardo pueda comenzar a planificar la próxima pretemporada lo antes posible.

la nueva plantilla A partir de ahí, llegaría la construcción de la nueva plantilla, cuya base, según deslizó el propio técnico, debería ser la misma que la actual. Entiende y conoce por propia experiencia El Pitu que la necesidad de contar en un vestuario de Primera División con un núcleo duro de jugadores que sean la referencia del resto y mantengan el rumbo cuando peor vengan dadas es primordial. Por eso una de sus peticiones a la hora de renovar iría ligada precisamente a la continuidad de ese grupo de jugadores que, a su juicio, resultan indispensables no ya solo por su capacidad y rendimiento sino por la influencia que ejercen dentro y fuera del campo. Nombres como Pacheco, Laguardia y Manu García sobre todo planean desde hace tiempo sobre el imaginario del actual entrenador del Alavés vistas sus actuaciones en la actual temporada. Los dos primeros tienen contrato con el club hasta junio de 2020, si bien ya han sido varios los clubes de LaLiga y la Premier que se han interesado por ambos, cuyas cláusulas de rescisión se sitúan en torno a los 40 millones de euros. Sin embargo, el futuro del capitán está en el aire. Acaba contrato en un par de meses y las posturas entre ambos para que renueve no están ni mucho menos claras. Al igual que en el caso de Abelardo, se espera que el desenlace se solvente en los próximos días para bien o para mal. Hasta entonces, la campaña que compañeros y técnicos, además del alavesismo, siguen protagonizando en favor de su continuidad aumenta la presión sobre la directiva que encabeza Josean Querejeta, que en esta ocasión deberá medir con sumo cuidado las consecuencias sociales de un desenlace desfavorable, lo que refrendaría sin duda la ascendencia del centrocampista vitoriano sobre el alavesismo.

el bloque continuista En la misma situación contractual que el vitoriano se encuentra el central Alexis, con una más que aceptable contribución al equipo en forma de minutos esta temporada que sin embargo no ha venido acompañada de la calidad y el rendimiento que se le presume a un jugador de su experiencia. Por este motivo la sensación es que el malagueño podría estar viviendo sus últimos días como jugador del Alavés.

A partir de ahí, y asumiendo un bloque continuista con Pacheco, Sivera, Laguardia, Ely, Martin, Duarte, Ibai, Sobrino e incluso Wakaso, Sergio Fernández deberá lidiar con el largo listado de cedidos que tiene en nómina el equipo, con los que aún tienen contrato pero con los que no se cuenta y con las nuevas altas, que habrá que firmar con “finura” porque un club como éste no puede volver a permitirse el lujo de volver a pegar los petardazos del pasado verano. “El dinero derivado de la televisión ha provocado que la Liga esté muy igualada por eso tenemos que estar finos a la hora de firmar jugadores que encajen en la filosofía del club y nos den un buen rendimiento”, destacó en esta línea el técnico asturiano.

Entre todos los cedidos que actualmente forman parte de la primera plantilla, Tomás Pina y Munir El Haddadi serían las opciones más interesantes de cara al nuevo proyecto, sin embargo la gran temporada que está firmando el punta madrileño -a préstamo en Vitoria por parte del Barça-, convierte su opción de recompra en algo con pocas probabilidades de éxito. Otro escenario bien distinto es el de Pina y Guidetti, por quienes si el Alavés está dispuesto a negociar, y parece estar ya en ello, debería desembolsar una cantidad cercana a los tres y cuatro millones de euros, respectivamente. Fuera de esas coordenadas se quedarían el resto de cedidos (Bojan, Medrán, Hernán Pérez, Héctor y Pedraza), con los que no se contaría para la 18/19, y estaría por ver las intenciones del club respecto a otros jugadores, de la casa en esta ocasión, como Sergio Llamas y Einar Galilea, cedidos en el Real Unión (2ªB) y el NK Rudes croata.

con contrato y transferibles Como tercera vía de actuación, Fernández deberá analizar la situación de los albiazules con contrato en vigor con los que no se cuenta o se tienen dudas, destacando en este sentido el venezolano Christian Santos, prácticamente apartado del equipo y al que ya se trató de buscar una salida durante el pasado mercado invernal. Cabe recordar que al punta aún le resta la próxima temporada de contrato, si bien el deseo de ambas partes es alcanzar un acuerdo para desvincularse del Alavés. Otro tanto parecido ocurriría con Torres, Carlos Vigaray, Demirovic o el mismo Katai, cedido hasta final de la presente temporada en el Chicago Fire de la MLS americana. Jugadores todos ellos cuestionados que nunca han terminado de entrar en dinámica con el equipo. Burgui y Maripán, también con contratos de larga duración, parece ser que sí formarían parte del nuevo proyecto aunque su aportación esta temporada esté siendo más bien discreta.