MADRID - La final de la Copa del Rey en Madrid acarrea tanta carga política como deportiva, especialmente por parte del FC Barcelona, y más concretamente en algunos sectores azulgrana que ya han anunciado que desean que en el Wanda Metropolitano se escuche su protesta y reivindicación ante el anclaje político que se vive en Cataluña.
Tanta es la presión que han ejercido desde hace semanas algunos sectores en Cataluña que incluso el presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, un moderado y equidistante en pronunciamientos políticos, se acabó postulando el pasado miércoles reclamando “respeto” por las instituciones catalanas y el derecho a decidir.
“Cataluña vive una situación política conflictiva y estancada. Seguimos sin formar gobierno, con políticos escogidos democráticamente que están en la prisión o exiliados en el extranjero, con un clima de tensión palpable en la calle. Vivimos momentos de gran dificultad, momentos en que nos sentimos amenazados”, señaló Bartomeu.
La situación política en Cataluña ha derivado en un momento de tensión entre dos sectores que apuestan por iniciar un proceso presidido por alguno de los políticos que están encarcelados o fuera de España frente a los que no atienden a que avance la legislatura con políticos que consideran inhabilitados.
El FC Barcelona, como institución, ha sido un actor pasivo, más allá de dar luz verde para que se jugase el partido Barça-Las Palmas el pasado 1 de octubre, cuando aconteció un referendo para la independencia de Cataluña, que fue invalidado por el Gobierno y por los jueces, lo que generó muchas críticas en el barcelonismo, que no aprobaron que se jugase el partido ante los incidentes acaecidos en muchos colegios electorales.
De aquella posición, que fue asumida totalmente por el presidente Bartomeu, dos directivos acabaron dimitiendo (Carles Vilarrubí y Jordi Monés), y posteriormente el Barça ha ido marcando un perfil bajo ante las numerosas reivindicaciones que se han realizado en el Camp Nou, con pancartas o cánticos.
No obstante, ante una nueva final de la Copa del Rey del Barça, a la exhibición de banderas ‘estelades’ (estrelladas) y los silbidos al himno español y al Rey, algunos sectores reivindicativos desean añadir una marea amarilla, color con el que el independentismo quiere asociar su protesta por los políticos encarcelados o los que se encuentran en el extranjero, así como la inmovilidad que existe en el Parlament.
En este contexto, el Barça, además de pedir respeto por la libertad de expresión, informó de que en la zona del campo donde estarán ubicados los culés se desplegará una gran pancarta en la que se podrá ver la bandera catalana, los colores azulgrana y el mensaje: “Barça! Barça! Barça!”. - Efe