Vitoria - No resultó fácil la llegada de Munir al Alavés. El verano apuraba sus últimos días y el pistoletazo de salida de la temporada 17/18 aguardaba impaciente. En éstas, el Barça movió ficha y colocó en Vitoria a una de sus futuras promesas después de que Ernesto Valverde lo descartara en pretemporada. Su llegada vino precedida de un mar de dudas a tenor de la irregularidad mostrada en sus últimas temporadas, especialmente en el Valencia, donde al parecer no logró aclimatarse ni al equipo ni al entorno. El Alavés aceptó el envite del hispano-marroquí y se hizo cargo de su elevada ficha a cambio de no pagar ni un solo euro al Barça por su llegada, curiosamente la misma operación que más tarde firmaría con el Stoke City por Bojan.

En este contexto aterrizó Munir El Haddadi en el Glorioso, que al poco tuvo que reconocer públicamente una misteriosa cláusula impuesta por el conjunto catalán para potenciar el rendimiento de su jugador cedido. Según se supo entonces, la entidad presidida por Josean Querejeta debería pagar esta temporada al Barça una multa de 300.000 euros si el delantero no jugaba, como mínimo, la mitad de los minutos disputados en el campeonato de liga, una medida de presión que, sin embargo, no va a resultar efectiva ya que a estas alturas del curso y cuando restan aún 13 jornadas, apenas faltan 270 minutos (tres partidos) para que Munir alcance esos 1.710 minutos que representan la mitad de las 38 jornadas en juego.

Hasta el momento, Munir ha consumido 1.692 minutos con la camiseta del Alavés (19 titularidades y tres salidas desde el banquillo) lo que significa que solo le restan 252 minutos para ahorrar a su actual club un pellizco considerable. Un bagaje a la altura de sus méritos, que en el presente curso están siendo numerosos más allá de sus diez goles y cinco asistencias. - A. Goñi