Vitoria - La dimensión de enfrentarse ante un rival de la talla del Atlético de Madrid, Barça o Real Madrid suele venir acompañada de una correspondencia mediática equivalente que permite a los equipos pequeños disfrutar de una experiencia inolvidable y a sus aficionados contemplar hasta el último de los detalles que se produzcan en el partido. Por pequeños que éstos sean.

Le ocurrió al Alavés en el Bernabéu, con Alfonso Pedraza como protagonista. Corría el minuto 4 cuando el interior cordobés, en una de sus habituales cabalgadas por banda izquierda, encaraba a Carvajal muy cerca de la línea de fondo con la mala fortuna de que en la disputa salió disparado por la inercia contra la valla publicitaria, lastimándose de nuevo la misma mano derecha que ya se lesionó el día del partido de Liga ante el Valencia en Mendizorroza. Un golpe fortísimo que entonces le obligó a jugar vendado el resto del partido y con una férula de seguridad en los sucesivos encuentros.

El sábado en el viejo Chamartín, aquella viaja cicatriz se reabrió como consecuencia del fuerte impacto, lo que provocó la rápida asistencia del médico y los fisios del equipo, que al poco de analizar la contractura se apresuraron a solicitar el cambio al banquillo tras las indicaciones del propio Pedraza. Toda esa secuencia, para la curiosidad de los aficionados, quedó grabada por las cámaras de televisión, que en apenas un par de minutos asistieron a la metamorfosis del jugador, que cambió de tercio para seguir jugando a pesar de las ostensibles muestras de dolor que estaba protagonizando.

Durante esos minutos, el cordobés advierte al médico del equipo el dolor en su dedo gordo y advierte que es la misma lesión que se produjo ante el Valencia. “Me duele mucho, tío, me duele mucho... No puedo mover la muñeca, tío... El dedo gordo me duele mucho... Hostia, manda pedir cambio.. ”, pide con urgencia el interior andaluz, convencido a esas altura de haberse partido la muñeca. “Me la ha partido seguro, eh?, porque es el mismo dolor; me la he partido otra vez, me c... en su p...”, brama Pedraza con resignación antes de cargar contra el defensor blanco, que considera que le hizo penalti. “Pero si ha ido a por mí, ha ido a por mí... Es que esto es de vergüenza, tío...”, se escucha decir al jugador mientras al otro lado del campo, sin noticias realmente claras del estado del jugador, Abelardo se desgañitaba pidiendo explicaciones mientras Ibai apura a sustituir a su compañero.

Un cambio que no se produjo porque el cordobés, con una visible protección, regresó al campo de nuevo, donde Carvajal se interesó por su espectacular golpe. En el minuto 62 del partido, eso sí, y con un casi definitivo 3-0 en el marcador, era sustituido por Ibai para dosificar esfuerzos de cara al partido del Levante.