Vitoria - El Deportivo Alavés sufrió un duro revés en sus ilusiones con una derrota el pasado domingo en un derbi en el que ni siquiera fue capaz de competir con el Athletic, pero, lograda la clasificación para los cuartos de final coperos, el equipo albiazul quiere rehacerse de esa mala tarde con una nueva victoria que le enganche de nuevo a la zona tranquila de una clasificación en la que su nombre volvió a pintarse de rojo tras esa derrota en San Mamés. El Glorioso se quiere aferrar a Mendizorroza para conseguir ante el Sevilla su primer triunfo ante un grande de Primera División y así sumar tres nuevos puntos que sirvan para maquillar un poco más los malos registros globales -que de ninguna manera lo son si se tiene solo en cuenta el periplo de Abelardo Fernández al frente del banquillo- de una primera vuelta que hoy se acaba son la sensación de que sus rivales directos en la pelea por la permanencia han dejado a este Alavés revivido en las últimas semanas.
La llegada del técnico gijonés fue el volantazo que el equipo vitoriano necesitaba para revertir el desastre del arranque del curso y con una serie de tres victorias en sus cuatro primeros partidos consiguió que el cuadro albiazul se enganchase de nuevo a una pelea por la permanencia de la que estaba a punto de quedarse ya definitivamente descolgado. El problema es que el espacio perdido era tan grande que, tras acabar el año fuera de la zona de descenso, el primer revés serio de su mano en el último derbi vino acompañado de la caída de nuevo a la zona roja.
La llama de la esperanza hay que seguir alimentándola de manera inmediata y para avivar ese fuego es fundamental que el Alavés recupere las que habían sido sus señas de identidad desde la llegada del nuevo entrenador y que no aparecieron por ningún sitio en el último derbi. Intensidad, agresividad, presión, compromiso, esfuerzo... El equipo albiazul se olvidó de pelear en un derbi en el que no fue competitivo en ningún momento.
Tiene que ser El Glorioso un equipo de esfuerzo innegable e irreprochable, más aún cuando el oponente es un equipo como el Sevilla. Los del Sánchez Pizjuán atraviesan por su momento más complejo de los últimos años y las dudas han comenzado a corroer un proyecto completamente diferente. La marcha del arquitecto Monchi, el bajo rendimiento de los fichajes, la destitución de Eduardo Berizzo, la última derrota en el derbi con el Betis, los silbidos de parte de su afición en el último partido copero ante el Cádiz... Tras muchas temporadas doradas, el cuadro ahora dirigido por Vincenzo Montella no se encuentra en su mejor momento y tratará el Alavés de pescar en un río muy revuelto.
Una sola duda En esta ocasión, Abelardo se verá obligado a variar el que venía siendo su once de cabecera y que había mantenido inalterado durante los últimos cuatro compromisos ligueros. Las ausencias del sancionado Alexis Ruano y del lesionado Burgui provocarán la entrada de dos nuevos futbolistas, aunque en el resto de posiciones no se espera que el técnico asturiano realice cambios significativos al estar, con excepción del citado último encuentro, satisfecho con el rendimiento que le viene dando ese bloque.
En el eje de la zaga, Rodrigo Ely recobrará la titularidad mientras que Víctor Laguardia seguirá recuperando sensaciones en la Copa. Más dificultades presenta acertar con la pareja de Munir El Haddadi en la punta del ataque, ya que el técnico alavesista cuenta con unas cuantas opciones. Podría llegarle el turno de debutar en Primera a un Ermedin Demirovic en racha goleadora o podría buscar movilidad entre líneas con Rubén Sobrino. Los recién llegados Hernán Pérez y John Guidetti podrían debutar hoy, aunque no de inicio.