Vitoria - Tras haber dejado ya atrás el parón navideño, el balón vuelve a rodar para un Deportivo Alavés que se fue de vacaciones en el mejor momento de toda la temporada y que quiere mantener ese impulso positivo con el que cerró 2017 para seguir mejorando en el arranque del recién estrenado 2018. La primera parada es una Copa del Rey que está muy lejos de ser el objetivo prioritario del club, pero que en esta nueva edición vuelve a presentar la oportunidad de avanzar otra ronda. No en vano, la diferencia de nivel entre El Glorioso y un equipo de Segunda División B como el Formentera es abismal, aunque eso hay que demostrarlo sobre el césped. El equipo vitoriano viajó ayer hasta la isla balear con las orejas bien tiesas. Y es que confiarse, olvidarse de correr y pensar que la camiseta y el escudo por sí solos ganan partidos son errores bastante comunes en una competición que se caracteriza por las sorpresas. Sin ir más lejos, la que el propio Formentera protagonizó hace poco más de un mes para echar del torneo a un Athletic que sucumbió en San Mamés tras no haber conseguido ganar en el estadio municipal Sant Andreu.

En una de esas eliminatorias en las que ganar es obligación y perder supone un sonrojo mayúsculo, el Alavés sabe de antemano que no se puede confiar por la diferencia de potencial, a su favor, que existe con el rival de hoy. En cualquier otro deporte, ese abismo que separa a los dos contendientes sería insalvable. La magia que tiene el fútbol es que permite que David se imponga a Goliat en no pocas ocasiones. Sobre todo cuando el gigante se cree indestructible haga lo que haga.

“Para ellos es una final, van a salir con una ilusión y unas ganas tremendas y vienen de eliminar a un equipo como el Athletic. Nosotros tenemos que ir con la mentalidad de salir con la misma intensidad; si no las diferencias de categoría no se notan. Hay que tomarse la eliminatoria muy en serio para competir bien y tratar de sacar un buen resultado en un torneo en el que se suelen dar muchas sorpresas. No te puedes confiar porque ellos juegan bien y van a estar con la moral muy alta para intentar eliminarnos, pero nosotros también vamos con la ilusión de pasar a cuartos”, aseguró ayer Abelardo.

Los menos habituales El técnico asturiano apostará en esta ronda de octavos de final coperos por los futbolistas que menos oportunidades están disfrutando a lo largo del curso e, incluso, echará mano de jugadores del filial que se encuentran en dinámica de trabajo con el primer equipo. Así, a los ya habituales Martin Aguirregabiria y Adrián Diéguez se unieron ayer en la expedición a tierras baleares tanto Víctor López como Ermedin Demirovic, quienes podrían estrenarse como jugadores alavesistas de máxima categoría esta tarde. En el lado contrario, llama poderosamente la atención la ausencia en la citación del preparador gijonés de Aleksandar Katai y Christian Santos, dos hombres a los que se les busca salida en el mercado invernal y que se quedaron en Vitoria junto a gran parte del bloque que se presume titular en la visita al Athletic del domingo.

Quien no reaparecerá de momento es Víctor Laguardia, ya que el hecho de que se vaya a jugar sobre césped artificial podría ser contraproducente para su rodilla. Y es que esta tarde el Alavés tendrá que adaptarse también a muchas circunstancias poco comunes en su día a día como la citada hierba sintética o un campo de dimensiones más reducidas que las habituales en Primera División. Circunstancias del fútbol en las que también hay que saber jugar y que serán un factor de dificultad más ante un Formentera que ante el Athletic ya evidenció que no es un rival difícil. La ventaja para el Alavés debería ser que ya llega avisado de antemano.