Vitoria - El Deportivo Alavés pretende realizar una auténtica revolución en su plantilla en el venidero mercado invernal y proyecta al menos cinco contrataciones, pero para que semejante cifra de fichajes pueda materializarse primero hay que pensar en abrir las puertas de salida del club para liberar espacios y también masa salarial. Con la no oficializada marcha de Óscar Romero, cuyo contrato toca a su fin el próximo 31 de diciembre y no se renovará, el club vitoriano tiene cubiertas veintitrés de las veinticinco fichas profesionales que se pueden inscribir de manera oficial, un registro en el que no entran, por ejemplo, ni Martín Aguirregabiria ni Adrián Diéguez, quienes juegan con licencia del filial. Como la intención es que lleguen más jugadores que huecos libres hay en estos momentos, la necesidad de dar bajas es una cuestión obligada. Más aún teniendo en cuenta que dentro del actual vestuario hay muchas situaciones que son completamente insostenibles de cara a futuro y que se necesita liberar masa salarial para fichar.
Un problema que quedará resuelto en breve sin necesidad de mover ni un dedo será el de Romero. El contrato de cesión del paraguayo se extingue con la conclusión del presente año y desde hace tiempo se tenía ya claro que no se iba a ejecutar la opción de renovación hasta final de temporada. El rendimiento del paraguayo ha sido paupérrimo y va a abandonar el club con apenas una veintena de partidos en un año -lleva sin jugar desde la quinta jornada liguera, en septiembre- y sin llegar a mostrar nunca la vitola de jugador diferencial que le precedía. De esta manera, se libera un salario importante y también una de las dos plazas de extracomunitario que se pueden ocupar, una cuestión que abre vías en el mercado aunque no está claro que se vaya a apostar ahora por extranjeros que no conozcan la competición española -otra cosa es que se encuentre algún extracomunitario ya con experiencia- y que necesiten de adaptación.
La de Romero es una salida ya resuelta que no entraña ninguna complicación, pero no ocurre lo mismo con el resto de bajas que se pueden producir al tratarse de jugadores con contrato en vigor, alguno de ellos por varias temporadas.
Situaciones insostenibles Las puertas de salida de Mendizorroza vuelven a estar abiertas de par en par para un Aleksandar Katai que viene siendo uno de los grandes quebraderos de cabeza del club prácticamente desde su llegada. En una temporada y media, solo ha jugado una treintena de partidos, su calidad se ha visto a cuentagotas y ha protagonizado internamente varios episodios difíciles de digerir. Ya se trabajó en su salida en verano, pero su situación es ya insostenible. El problema es que se invirtieron dos millones de euros en su fichaje y recuperar ahora esa cantidad es del todo imposible, por lo que se buscará una cesión para tratar de que gane valor y pueda salir en verano -le queda un tercer año de contrato- o se habrá de aceptar que en esta apuesta se dilapidó una importante cantidad de dinero.
Muy diferente es la situación de Enzo Zidane, una apuesta de futuro que no ha conseguido adaptarse a las exigencias de la Primera División. El club tiene confianza en el futbolista, pero parece evidente que esta temporada no va a tener apenas oportunidades -solo ha participado en cuatro partidos y acumula 155 minutos- y la idea es que disponga de minutos para seguir creciendo y regresar con más experiencia para el curso venidero. En Segunda División se trata de un futbolista muy apetecible y varios equipos de la categoría de plata se encuentran muy atentos a su futuro.
Las salidas de Katai y Enzo se presentan como evidentes, pero hay más futuros con aristas complicadas en el Alavés. La situación más compleja la representa un Bojan Krkic que fue uno de los grandes fichajes del verano y que apenas ha participado en nueve partidos en todo el curso. El ilerdense no está nada contento con su situación, aunque en este sentido la actitud de Abelardo en las próximas jornadas será determinante. Si el asturiano le mete en dinámica de juego, continuará; si, por el contrario, se mantiene en un tercer plano -y todo hace indicar que será así, más aún teniendo en cuenta que se busca un delantero-, buscará resolver su cesión y un nuevo destino, lo que liberaría al Alavés del pago de uno de los salarios más elevados de su plantilla.
Situaciones complejas Como la de Bojan, hay unas cuantas situaciones más difíciles de valorar a estas alturas y que dependerán de diversos factores. Por ejemplo, de los fichajes que puedan acabar materializándose. Uno de los objetivos es un lateral izquierdo, así que si acaba llegando un jugador para esa demarcación habrá una salida con Héctor Hernández en una posición muy complicada por la lesión de rodilla que arrastra desde el arranque del curso. Otra cuestión a valorar es el estado físico en el que regresa Víctor Laguardia, que dejaría la posición de central con cinco piezas y la posibilidad de abrir la puerta de salida a alguno de ellos, principalmente un Adrián Diéguez que podría quedarse sin minutos y que en Segunda tendría destino asegurado. Aspectos todos ellos que se tendrán que ir valorando con el correr de los días y la evolución del mercado invernal, que, tanto en entradas como en salidas, se perfila muy movido en enero.