vitoria - Han pasado ya dos meses desde que fue destituido y ahora ocupa su tiempo libre en ver fútbol -todas las categorías posibles- y de paso asistir a Mendizorroza para comprobar en directo el sensacional estreno del canterano Martín Agirregabiria con la primera plantilla del Alavés. Desea que sea un primer paso de muchos en la apuesta por los jugadores de Ibaia y a poder ser de casa, porque sabe que dándoles oportunidades hay varios que pueden hacerlo bien. Aitor Orueta repasa para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA lo que han sido sus cinco años entrenando en las categorías inferiores del club del Paseo de Cervantes.

¿Echa de menos el banquillo?

-En estas ocho semanas, no. Estoy relajado y liberado porque fueron tres meses de situaciones que jamás pensé que tuviera que tener que gestionar como entrenador. Pero no supe hacerlo y dejé de ser yo, algo que al final transmití al cuerpo técnico y jugadores. Esos hechos sí que me han hecho crecer como persona y en caso de que me vuelvan a pasar tengo claro que con tal de estar no voy a dejar de ser.

¿Qué ha aprendido en estos dos últimos meses?

-Sobre todo la importancia de tener un cuerpo técnico para buscar soluciones y enseñarles lo mejor a los jugadores. En ese sentido me gustaría dar las gracias a Juanma, Barbero, Fito, Amaia, Endika o Ibon por lo que he aprendido junto a ellos. También he aprendido lo básico que es sentirte valorado por parte de esa gente que te está midiendo y que no haya esa distancia para buscar soluciones. Sentirte reconocido hace que tu cuerpo técnico y jugadores también lo sean y el crecimiento del grupo va a ser mejor.

¿Entendió su destitución?

-No me cogió por sorpresa. La marcha del equipo no era la esperada y sí que llevaba dos o tres semanas con mi gente cercana dándole una vuelta para dejarlo por el bien de los futbolistas. Esas situaciones me hicieron daño y transmití esa inestabilidad que estaba viviendo.

Tres meses antes, en cambio, estuvo a un penalti de ascender a Segunda B. ¿Se olvidan pronto las cosas?

-Cierto. Independientemente de las personas que toman las decisiones en cada momento me quedo con que hace cinco años cuando llegué me hice socio y cada quince días iba a mi localidad detrás de la portería de Polideportivo. Me apasioné al Alavés y a su sentimiento. Este club tiene un sitio en mi corazón y es con lo que me quedo, con la gente que vale y me ha ayudado. Me olvido de esa diferencia de estar arriba a estar fuera del club.

Se ha apoyado básicamente en su cuerpo técnico, ¿no?

-Sí, sí. Quiero dar las gracias a las personas que han estado conmigo estos años: ayudantes, fisios, utilleros, jugadores y familiares. El mejor momento ha sido curiosamente lo vivido tras salir del Alavés, con todos los mensajes de agradecimiento que me ha enviado toda esta gente y sobre todo el contenido de los mismos.

Por encima de todos siempre ha destacado a Juanma, su segundo.

-Ha sido y es una persona especial. Junto a él he vivido momentos difíciles en estos quince meses. Desde su humildad y experiencia me ha ayudado mucho a salir de estos momentos. Tiene muchos años en el fútbol profesional y me ha hecho ver lo que cada jugador pensaba en un momento determinado. Me da mucha pena la forma en la que ha salido del club. Fue uno de los artífices de Jaén y posteriormente ha ayudado a los chavales en el fútbol base. Creo sin ninguna duda que se merecía otra salida.

¿Le sorprendió que hubiera tantos cambios en el equipo tras hacer la temporada que hicieron?

-Sí, sin duda. Está claro que el cuerpo técnico y la organización del club tienen sus propios intereses pero al final soy consciente de que solo soy un trabajador del club y debo aceptar lo que me ponen, aunque en pretemporada pedimos la continuidad de tres jugadores de casa -Julen Castillo, Ibáñez y Jonan- porque considerábamos que lo más importante en un equipo es el sentimiento de pertenencia en el trabajo diario y la identidad que le dan los jugadores de casa. Teníamos claro que lo primero era el todo, el grupo, para que luego emergieran las partes, las individualidades. Viendo la configuración de la plantilla vimos que se precisaban más chavales de casa.

Da la sensación de que la apuesta por lo local ha disminuido de forma notable... ¿O no?

-Aprovechando el debut de Martín en el primer equipo me gustaría destacar la figura de Endika Gabiña. Ha sido el líder de Ibaia, primero por su trabajo, constancia y humildad y segundo por sus ideas y convicciones de que el jugador alavés y el trabajo con los convenidos de Ibon Etxeazarra era un valor que había que poner en el mercado. Hemos trabajado durante cuatro años para que el futbolista de casa tuviera esa oportunidad. Siempre he apostado por el local. Soy guipuzcoano y tengo metido en la sangre el trabajo de cantera de la Real Sociedad. En Álava es uno de los puntos que hay que fortalecer porque lo que están realizando los convenidos realmente merece la pena que se les dé una oportunidad.

¿Qué piensa de la metodología implantada por Dinko Jelicic?

-Quiero dejar claro que siempre he sido, soy y será defensor de Ibon Etxeazarra por la empatía que tiene con los entrenadores y por sus conocimientos. Lleva dos años impartiendo charlas por toda España enseñando lo que se está haciendo en Ibaia. Muchos clubes creen que este es el camino. Mi apoyo a sus ideas.

¿Hasta qué punto el trasiego de futbolistas a prueba ha influido en algunos resultados?

-Está claro que tener una base de jugadores que se conozcan con el cuerpo técnico reduce ese período de adaptación. En situaciones que eso es necesario hay que echar mano del apoyo de la gente que está alrededor del cuerpo técnico. Si hay clubes que apuestan por coger a gente de fuera es clave entonces que haya paciencia y calma para que todos puedan sacar su potencial.

Imagino que si le hablo de Martín el cariz de sus respuestas será distinto.

-Sin duda. Su lado humano le ha ayudado mucho a la hora de progresar. Es un chaval educado y respetuoso. La concentración que tiene en cada entrenamiento es un valor añadido para él a la hora de hacer lo que el entrenador le pide.

Ya ha jugado tres partidos entre Copa y Liga. ¿Cómo le está viendo?

-No tenía ninguna duda de que iba a hacerlo bien. Los que le hemos visto estos años no dudábamos de su aportación al primer equipo. Tengo claro que el lateral derecho del Alavés es Martín y es el momento de apostar por fin por la gente de casa. Ojalá sean estos los primeros de muchos encuentros que dispute y que no sea el único canterano que tenga esa oportunidad de jugar arriba.

Lo que se sabía de él se está viendo en Primera División...

-Por suerte es un chico que por su educación le da igual competir en Ibaia que en Mendi. Está demostrando lo que es, así que no nos coge de sorpresa su rendimiento. Estoy convencido que si le dan más confianza puede aportar más en el rendimiento ofensivo del equipo. Ha tenido muchos entrenadores en Ibaia y esto es una recompensa de lo que ha cogido de cada técnico. No podemos olvidar que entró en infantiles.

¿En qué aspectos tiene más margen de mejora?

-Cuando hablábamos con él le insistíamos en que creciera desde su propia confianza. Es un chico que cree en él muchísimo y entiendo que desde ahí en los duelos individuales puede ser ganador en un porcentaje mayor al actual.

¿Se está ganando la confianza de Abelardo?

-Tengo clarísimo que el lateral derecho debe ser Martín. No tenía ninguna duda la temporada pasada que tenía un hueco arriba y ahora que le veo jugar me reafirmo aún más.

¿Ha hablado con él estos días?

-Sí. Primero por whatsapp y luego le llamé. Recordamos y potenciamos esos malos momentos que pasó en agosto a nivel anímico más luego la lesión. Le hice ver que de situaciones complejas también se aprende.

Es evidente que su rendimiento da para jugar mucho más arriba que en Tercera.

-Llevaba año y medio pidiendo a gritos que le dejaran progresar y ojalá sea en el Alavés, aunque no tengo duda que tendrá sitio en el fútbol profesional. En el filial hay unos cuantos jugadores que llevan reclamando varios meses un sitio mucho más arriba. Me gustaría que fuera aquí y que se apostara también por fisios y técnicos de casa porque hay mucho más potencial de lo que la gente se cree. Es dar ese empujón para que la cultura en torno al deportista alavés vaya cambiando.

En ese sentido, Abelardo sí suele apostar por los de casa...

-Cierto. Lo importante es que la gente cercana al entrenador transmita calma y confianza a los jugadores para que cada uno saque lo que tiene dentro. Más que una solución de entrenador es el entorno cercano de los diferentes departamentos que hay entorno al cuerpo técnico.