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1-0, minuto 59: Stuani. Balón a la espalda de Alexis, el delantero uruguayo se quita al central de encima y saca un disparo raso que Pacheco no es capaz de despejar.
2-0, minuto 62: Juanpe. Saque de esquina en el que el central se gana la partida a Maripán y cabecea solo y cruzado a la red. 2-1, minuto 72: Ibai Gómez. Internada de Pedraza, servicio hacia atrás que remata el bilbaíno, Bono deja el balón muerto e Ibai remacha. 2-2, minuto 87: Ibai Gómez, de penalti. Internada de Pedraza que es derribado en el área por Bono y el bilbaíno marca desde los once metros de disparo raso y fuerte a la izquierda. 2-3, minuto 93: Ibai Gómez. Acción genial de Munir, que sirve el pase al bilbaíno y este saca un disparo que Bono no es capaz de atajar.
Amonestó a Martín (minuto 27), Duarte (minuto 57) y Bono (minuto 86).
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El Deportivo Alavés que parecía ya un difunto en vida con los papeles ya preparados para la extremaunción recuperó ayer esa máxima de que nunca se rinde que le ha acompañado en las últimas temporadas y que tiene que ser el clavo ardiendo al que agarrarse de nuevo en busca del milagro de la salvación. Ese objetivo de la permanencia se vio ayer más lejos que nunca cuando, tras dos graves fallos defensivos, el Girona puso el 2-0 en el marcador. Pero, justo en ese momento, algo se revolvió en los intestinos albiazules. Retocó Abelardo su equipo, dio entrada a Burgui y, sobre todo, un Alfonso Pedraza sensacional e Ibai Gómez puso el acierto con un triplete descomunal en apenas veinte minutos para, en el 93 y recordando tiempos no tan lejanos en el pozo, darle la vuelta al marcador y conseguir una victoria que vale mucho más que tres puntos. No pocas dudas se habían generado, pero este equipo evidenció ayer de nuevo que tiene algo peculiar en sus genes. Nunca le falta el corazón. Está escrito a fuego. Lo saben todos: El Glorioso nunca se rinde.
En su primera alineación y con una citación marcada de antemano por las bajas, Abelardo realizó cuatro cambios con respecto al último once dispuesto por De Biasi. Martín, -se estrenó en Primera tras haber debutado con el primer equipo el pasado jueves-, Medrán, Bojan y Munir entraron para suplir a los sancionados Ely, Manu y Santos y al lesionado Sobrino. El gijonés dispuso un dibujo 4-4-2, continuista con la idea del italiano en los últimos partidos y también con el esquema de Cabello en el reciente encuentro copero.
De inicio, el Alavés mostró una versión mucho más ofensiva que de costumbre, tratando de buscar sorprender al Girona en los primeros compases. Apenas duró unas pocas acciones, ya que el equipo de Machín se sobrepuso para ganar la posesión y comenzar a buscar la profundidad por sus largas bandas ante un cuadro albiazul al que le costaba mucho ganar metros tras la recuperación.
Recompusieron los vitorianos la figura en cuanto fueron capaces de enlazar buenos pases en la construcción para armar sus contragolpes, que no eran más peligrosos por lo errático de los servicios que tenían que convertirse en definitivos. Así, el duelo se equilibraba y se pasaba a jugar en el espacio comprendido entre las dos áreas.
Un par de oportunidades de Stuani supusieron las primeras acciones de amenaza local a la media hora de juego. El Glorioso se asustó y se dedicó a correr todavía menos riesgos, buscando más el pase de seguridad hacia atrás que la ruptura de líneas. Justo al borde del descanso, y después de que los albiazules se hubiesen estirado un poco al encontrar entre líneas a Bojan, el balón acabó en la red de Pacheco, pero el gol fue anulado por clara mano en el control de Borja García y las tablas presidieron el tránsito hacia la segunda parte.
En la reanudación, la propuesta albiazul fue clara: persistir en la idea de que el Girona jugase lo mínimo posible. Desgraciadamente, todo se vino abajo casi de inmediato. Y, de nuevo, a causa de fallos defensivos de calibre mayor. Primero fue Alexis el que se vio superado por un Stuani que encima se encontró con el desacierto de Pacheco para abrir el marcador a los 59 minutos. Apenas tres después, Juanpe, en un saque de esquina en el que Maripán ni vio al hombre al que tenía que marcar, cabeceó con absoluta comodidad el 2-0.
Parecía la sentencia, pero al menos consiguió Abelardo reactivar al equipo con sus cambios. Las entradas de Burgui y, sobre todo, Pedraza sirvieron para ganar en esa velocidad que tanto se echaba en falta. Que dos jugadores como estos, con su capacidad de desborde, no tengan más oportunidades es algo a solucionar cuanto antes. La primera internada de Pedraza acabó en gol de Ibai Gómez tras doble remate del bilbaíno y, al menos, el Alavés se condujo hacia un final de infarto en el que demostró que no ha dejado de creer en ningún momento.
Si todos los hados habían sido negativos, ayer la fortuna quiso recompensar el esfuerzo. El Girona se desmadejó por completo y no fue capaz de frenar a un Pedraza desbocado que forzó un penalti de Bono. Empataba Ibai desde los once metros en el 87, pero el Alavés quería más. El punto era muy poco y en el minuto 93 el corazón de Munir bombeó con fuerza para servir el balón a un Ibai que en su noche mágica completaba el triplete, la remontada y una victoria de fe que vale mucho más que tres puntos.
Es del todo incomprensible que no sea titular indiscutible en un equipo con las carencias ofensivas de este Alavés. Su entrada reactivó al equipo y fue clave en la remontada.
Reacción espléndida. El técnico gijonés trató por todos los medios de atar el partido y buscar las oportunidades con los cambios en el tramo final, pero todo se le vino abajo con los dos goles consecutivos del Girona. Entonces, el asturiano hizo los cambios y el Alavés acabó aplastando a su rival subido a lomos de Pedraza y con un acierto excepcional de Ibai Gómez en el remate. Mucho más que tres puntos.
Abelardo le mantuvo como pivote a pesar de que en los últimos partidos no estaba ofreciendo un buen nivel y siguió con esa mala dinámica. El equipo mejoró cuando se fue.
Línea continuista. Abelardo, con apenas dos entrenamientos a sus espaldas, ofreció una versión continuista con respecto a las versiones del Alavés que recientemente presentaron Gianni De Biasi y Javi Cabello. Respetó el esquema 4-4-2 que se había utilizado en los últimos partidos y solo realizó cuatro cambios -todos ellos por ausencias de lesionados o sancionados- con respecto al once del italiano ante el Eibar.
Remontada excepcional. El Girona abrió la segunda parte con dos goles y la ventaja parecía definitiva al minuto 62, pero Ibai Gómez enlazó tres dianas consecutivas (minutos 72, 87 y 93) para darle la vuelta al marcador y propiciar la victoria.