Vitoria - Tras la durísima derrota sufrida en Getafe, la ilusión que rodeaba al entorno alavesista tras la victoria ante el Espanyol y la opción de abandonar la zona de descenso se ha desplomado, pero no se pueden bajar los brazos cuando todavía queda tanta temporada por delante. La posición en la clasificación no es a estas alturas tan importante por mucho que el Deportivo Alavés haya perdido un puesto, lo verdaderamente relevante es ir sumando puntos para poder manejar opciones de salvación a largo plazo. Y, de cara a ese objetivo que en estos momentos se antoja tan complicado, el derbi del próximo sábado contra el Eibar ha adquirido tintes de final por la relevancia del mismo.

El Glorioso en pleno estará muy atento esta noche a lo que suceda en Ipurua. El alavesismo cambiará sus colores por un día y sus ánimos irán con el Betis. La necesidad de que el cuadro sevillano sume en su desplazamiento a tierras guipuzcoanas en vital para los intereses vitorianos, ya que una victoria armera supondría que los de José Luis Mendilibar se situasen con cinco puntos de ventaja en la clasificación y alejasen ya a más de un partido la línea roja que marca el descenso y que al comienzo de esta jornada se encontraba a tan solo dos.

De una u otra manera, el derbi del próximo sábado es un partido ya a vida o muerte. Todo lo que no sea una victoria alavesista ante el vecino supondría un mazazo de dimensiones muy considerables, ya que además permitiría al Eibar, como mínimo, mantener su actual renta. Con esa meta de alcanzar los cuarenta puntos cuando finalice la campaña -la salvación puede llegar con menos puntos, pero esa cifra es la que asegura casi al completo la salvación-, quedarse en seis o siete cuando ya se hayan cumplido trece jornadas obligaría a una gran remontada.

Tras la victoria del Málaga ayer y la derrota del Las Palmas, el Alavés pierde una posición al verse adelantado por el conjunto andaluz y ahora es el cuadro canario -tiene seis puntos, como los albiazules, pero con peor diferencia de goles- el que cierra la clasificación. Una situación que no es excesivamente relevante en estos momentos, por mucho que sea evidente que ser uno de los tres últimos clasificados no es algo positivo.

Dentro de su mal resultado, al menos la victoria del Málaga tiene una lectura positiva. El triunfo de los de Míchel frente al Deportivo de La Coruña evitó que los gallegos se disparasen en la clasificación y se quedaron con los once puntos con los que abrieron la jornada, sin conseguir una renta mayor. Al contrario, quien ganó una enorme bocanada de oxígeno fue un Levante que estaba en crisis, pero que con su victoria en Las Palmas se va hasta los quince puntos. - DNA