0-1, minuto 87: Santos. Saque de falta de Medrán medido al desmarque del delantero venezolano, que cabecea a la perfección.

Amonestó a Pina (minuto 22), Diéguez (minuto 24), Sobrino (minuto 37), Duarte (minuto 61), Mora (minuto 63), Arambarri (minuto 85), Vigaray (minuto 90), Fajr (minuto 92) y Siviera (minutos 92).

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El Deportivo Alavés volvió a mostrar ayer una cara para seguir manteniendo un estado de enorme preocupación durante otra primera parte desastrosa y también una segunda en la que, con un poco de mejoría, acabó mostrándose muy superior a un Getafe que acabó claudicando ante un gol de cabeza de un muy activo Christian Santos. El Glorioso no estuvo para tirar cohetes en líneas generales, pero dejó unos cuantos minutos de clara superioridad ante el equipo madrileño cuando Álvaro Medrán se hizo amo y señor del esférico, aparecieron los hombres de calidad en zona de tres cuartos y entró desde el banquillo un delantero venezolano que fue de los pocos que ayer aprovecharon sus minutos de entre los menos habituales en los esquemas de Gianni De Biasi. No demasiada cosa, pero suficiente para desequilibrar el marcador en el partido de ida de esta eliminatoria copera que queda encarrilada de manera favorable de cara a los intereses vitorianos, aunque la preocupación sigue centrada en mejorar en el torneo de la regularidad.

Realizó De Biasi una mezcla de jugadores, con varios de sus habituales en la zona defensiva, quitando el joven Diéguez que, como Sivera en la portería, se estrenaba ayer como alavesista, y jugadores de los que menos minutos acumulan a sus órdenes hacia adelante, con la excepción de un Medrán que no podrá jugar el sábado ante el Valencia. De nuevo, cinco jugadores atrás y una mayor suma de calidad individual a partir del centro del campo en un dibujo 5-4-1 que situaba solo en punta de ataque a Bojan.

Con esta suma de elementos, el Alavés fue un equipo contemplativo en el arranque. Con jugadores poco dotados para el sacrificio en la presión en las primeras líneas, la idea pasaba por cerrar espacios perfilando dos líneas de contención muy claras con Bojan adelantado. Cuando tocaba atacar, las menos veces, se buscaba con rapidez la salida por bandas, principalmente por la diestra de Vigaray. El madrileño, ex jugador del Getafe, parecía el único enchufado a la hora de buscar el ataque en un conjunto albiazul de revoluciones excesivamente rebajadas ante un rival mucho más activo. Así, Arambarri mandaba a las nubes la primera oportunidad ante una zaga más preocupada de protestar que de situarse correctamente.

El cuadro vitoriano iba desdibujándose y él mismo se encargaba de abortar alguna de sus contadas buenas salidas, ya que después de romper la primera línea defensiva del Getafe volvía hacia atrás sobre sus pasos. Una sensación de desconexión alarmante, con resbalones -para hacérselo mirar seriamente entre profesionales, que no se pueden permitir la sucesión de imágenes de este tipo que se vio ayer sobre el húmedo césped del Coliseum Alfonso Pérez-, controles fallidos, pases errados y siempre muy lejos de ofrecer la más mínima sensación de equipo engrasado.

Medrán fue el único capaz de aportar un poco de criterio y fue el propio cordobés quien probó fortuna con un disparo lejano que detuvo sin apuros Emi Martínez en la que fue la única muesca ofensiva de toda una primera parte para echar directamente al cubo de la basura por lo desastrosa de la misma y salvada en el resultado por los pocos argumentos que también puso sobre la mesa el rival.

Arrancó la segunda parte con algo más de alegría y un contragolpe en el que Sobrino falló a la hora de dar el último pase, con De Biasi evidenciando un enfado en el banquillo descomunal. Con muy poco, el Alavés mejoró. Claro que eso no era difícil teniendo en cuenta de que partía desde las más bajas cotas de la miseria. Con Medrán mandando cada vez más claramente y la aparición con mayor continuidad de jugadores en campo rival. Añadida la irrupción de un activo Santos como refresco, el cuadro albiazul comenzó a meter en serios problemas a su rival.

Se convirtió el venezolano en gran protagonista, dando al Glorioso presencia en el área y buscando con insistencia, aunque no puntería, el remate. Un arreón que fue insuficiente para conseguir desequilibrar el marcador en esa fase de dominio, aunque, cuando todo hacía presagiar que el duelo iba a finalizar en tablas, apareció por fin el acierto a balón parado. No podían ser otros los que conectasen que Medrán y Santos. Centro medido del cordobés y desmarque y cabezazo perfecto del nueve para dar la ventaja en la eliminatoria a un Alavés que, con poca cosa, acabó siendo mejor que su rival para desequilibrar a su favor la eliminatoria.

De menos a más. El técnico italiano parece haber cogido la idea clara de resistir durante las primeras partes y buscar las cosquillas al rival en las segundas y ayer le salió bastante bien. Y eso a pesar de que los primeros 45 minutos fueron un esperpento de calibre mayor en el que los albiazules naufragaron de manera alarmante. Con Medrán al mando tras la reanudación y Santos en el área, mucho mejor.

Inicio desastroso. El Alavés volvió a firmar otra primera parte para el olvido, cediendo el balón y siendo incapaz de hacer absolutamente nada positivo cuando lo recuperó. Apenas concedió opciones al Getafe, pero fue un auténtico desastre con pérdidas, errores en los controles y resbalones por todos los lados.

Enorme mejoría. De nuevo, en la segunda parte el equipo vitoriano se fue más abiertamente a buscar la portería de su rival. Con Medrán creciendo en el centro del campo, la entrada desde el banquillo de Santos resultó un aporte definitivo. En venezolano acabó con premio a su insistencia.

El cordobés actuó en una posición más retrasada a la habitual y en la que se desenvuelve muchísimo mejor, como ayer evidenció dando criterio al juego y brillando.

Un jugador que debería ser uno de los referentes del equipo no es capaz de dar un paso adelante. Perdido como delantero centro y con múltiples errores con el balón. Horrible.