El Deportivo Alavés se encuentra de lleno sumido en el bucle del infortunio que conduce a que todo le salga del revés. El equipo vitoriano estuvo, una vez más, lejos de estar brillante en su visita al Benito Villamarín, pero de nuevo se encontró con diversas situaciones adversas que le castigaron con severidad y que terminaron por dejar sin un resultado positivo que bien podría haberse ganado. Un giro más en este tirabuzón que se viene repitiendo en idéntica secuencia desde el primer partido de la temporada y que se viene arrastrando desde entonces. Como si el famoso penalti errado en Leganés hubiese sido el desencadenante de todas las situaciones desafortunadas que han venido a continuación y que en la visita al Betis incluso se recrudecieron. Fallos en remates claros ante un Adán que lo salvó todo, un par de errores clamorosos del colegiado Trujillo Suárez y un nuevo gol en propia puerta. Demasiado contra lo que luchar sin que la cabeza empiece a dar vueltas.

Lo del problema de cara a la portería rival es un mal recurrente que está pasando una factura enorme. En todos sus desplazamientos ha disfrutado el Alavés de buenas ocasiones y solo en la visita al Levante ha sido capaz de marcar, entonces por partida doble. Pedraza, Medrán y Bojan disfrutaron ayer de remates en posiciones muy ventajosas, pero esas tres acciones acabaron estrellándose en un Adán que fue el mejor de los verdiblancos.

El tema de los arbitrajes no había sido muy mentado esta temporada, pero ayer Trujillo Suárez cometió dos errores decisivos. En el cierre del primer acto, Mandi agarró a un Munir que se encaraba a rematar y no castigó el claro penalti. Ya en plena apoteosis ofensiva albiazul, en la segunda castigó de nuevo al madrileño, en esta ocasión con un fuera de juego inexistente cuando el balón en vaselina ya volaba hacia el fondo de la red bética.

El colmo de los males llegó con el tanto en propia puerta de Alexis que determinó el 2-0 que sería definitivo. Lo del malagueño en particular y lo del equipo en general en este sentido está siendo un desastre esta temporada. El malagueño desvió el remate de Messi en el primer gol del Barcelona, volvió a ocurrirle algo similar en el primer tanto de Bakambu para el Villarreal y ayer su intento de despeje a un centro de Joaquín se coló directamente en la portería de Pacheco. Tres tantos rebotados con Alexis como protagonista, a los que hay que unir el segundo de la Real Sociedad en el último derbi, que pegó en Duarte antes de entrar.

Un cúmulo de esas circunstancias adversas que parece que aparecen en mayor número cuando las cosas van mal y que ayer, tras una primera parte desastrosa, contribuyó de manera decisiva a que el Alavés se quedase sin opción de regresar a Vitoria con un resultado mejor.