vitoria - El pasado 3 de octubre, martes, el Deportivo Alavés despidió a Aitor Orueta como máximo responsable del filial albiazul. Cuatro puntos de 18 posibles hasta entonces fueron causa suficiente para que el director deportivo, Sergio Fernández, y su mano derecha, Mikel González, enviaran al paro a uno de los técnicos más carismáticos de la casa; un preparador que la pasada temporada, aún sufriendo las incomodidades de una mala planificación en verano, llevó al Alavés B a disputar el play off de ascenso a Segunda B con un juego y unas prestaciones notables a las que solo les faltó la guinda del ascenso. Meses después de aquello, con un equipo ya desmantelado que pasó de contar con ocho jugadores de Vitoria a solo dos, fue destituido sin la menor dilación. Para entonces, las injerencias por parte de la dirección deportiva en el vestuario del filial ya habían complicado sobremanera la convivencia.
Pues bien, apenas una semana después de la salida de Orueta del filial, Juan Manuel Gómez Sánchez, Juanma, (Don Benito, 1981), el que fuera uno de los héroes del alavesismo en aquella tarde de Jaén y que ahora ejercía de segundo entrenador en el Alavés B, acaba de notificar al club que se marcha motu proprio, decidiendo no continuar con su labor de ayudante bajo la actual filosofía deportiva del club alegando “motivos personales” para poner tierra de por medio y no seguir al lado del primer técnico, Igor Oca, que probablemente podrá contar en breve con un nuevo ayudante como Iván Gómez Roa, con el que ya coincidió en su época en el Levante. Si todo transcurre según lo previsto, es probable que este nuevo técnico del club se siente hoy mismo en el banquillo de Olaranbe para acompañar a Oca en el primer derbi alavés de la temporada.
Más allá del repentino adiós del extremeño como segundo técnico, que ayer se despidió de jugadores y colegas en Ibaia y que hoy, por tanto, no se sentará en el banquillo de la carretera de Otazu, la decisión deja entrever cierta marejada en el equipo nodriza del Alavés y, en consecuencia, en el resto de equipos de la base albiazul, sorprendidos e incluso “indignados” en algunos casos, según ha podido confirmar este periódico, no ya solo por las salidas “injustas” de Orueta y Juanma del filial sino por la “errónea” toma de decisiones que de un tiempo a esta parte se viene tomando en Ibaia en cuanto a fichajes de técnicos y jugadores o salidas de éstos. Un hartazgo incómodo que el fútbol base focaliza en la figura de Sergio Fernández, dado que el otrora responsable de todo lo concerniente a la cantera albiazul, Javier Zubillaga, parece haber sido desposeído de todas sus funciones a tenor de su escasa influencia en las decisiones que se están tomando.
un cuerpo ‘desalavesizado’ Con el adiós de Juanma se va algo más que un segundo técnico. Su salida representa el epílogo a una despoblación en Ibaia de entrenadores de la casa que se ha acentuado en el caso del filial. Porque solo tres meses después de que el Alavés B se proclamara campeón de su grupo en Tercera División, un hito que le permitió disputar semanas después el play off de ascenso a 2ª B, el cuerpo técnico que lideró a aquel formidable grupo ha queda desalavesizado tras la marcha del extremeño y las bajas previas de Aitor Orueta, Adolfo Mínguez (preparador físico), Javi Barbero (preparador de porteros) y Amaya Oroz (psicóloga). Todos ellos técnicos con sobrada experiencia en Ibaia además de ADN alavés.