Vitoria - Entre todos los males que estaban afectando al Deportivo Alavés en este arranque de la nueva temporada, uno de los más llamativos era su ineficacia de cara a las porterías de los rivales. Leganés, Barcelona, Celta Villarreal y Deportivo de La Coruña consiguieron imponerse a los vitorianos en sus duelos y, además, consiguieron acabar con su portería imbatida. El Glorioso no vio finiquitada ante el Real Madrid una racha de derrotas que ya se extiende a seis, pero cortó la sequía goleadora que le estaba atenazando mediante una diana de Manu García a los 40 minutos de juego que, durante unos pocos segundos, situó el 1-1 en el marcador de un estadio de Mendizorroza que estalló con el tanto del capitán. Tras 490 minutos, el Alavés conseguía su primer gol de la temporada.

EL ORIGEN DE LA MALDICIÓN Curiosamente, fue el centrocampista vitoriano, que ya marcó el primer tanto de la pasada campaña en la visita al Atlético de Madrid, el encargado de romper esa racha negativa que llegó hasta el sexto compromiso liguero. Y es que el capitán alavesista tuvo en sus botas conseguir el primer tanto de Primera División esta campaña en el estreno de la competición contra el Leganés, pero entonces erró un lanzamiento desde el punto de penalti que fue determinante en la resolución del partido inaugural. En Butarque empezó esta particular maldición, extendida durante cinco partidos y medio prácticamente hasta que ayer Manu, con un testarazo soberbio, mandó a paseo al menos a estos fantasmas. En sus comparecencias precedentes, el Alavés no había disfrutados de muchas ocasiones, pero sí muy claras. La citada pena máxima de Leganés, un mano a mano de Rubén Sobrino ante el Barcelona, otro de Bojan Krkic contra el Celta, el cabezazo al palo de Rodrigo Ely en A Coruña... Oportunidades en la que lo raro es el error y que el conjunto vitoriano desaprovechó sucesivamente, casi siempre antes de que el rival marcara, además. Fallos determinantes a la postre que han marcado el mal arranque y la sensación de un mal fario extendido. El gol llegó ayer en una contra sensacional, con asistencia de Munir para un cabezazo letal de Manu. Pero el Alavés tuvo más ocasiones aún, sobre todo en los pies de un Alfonso Pedraza que remató dos veces al palo y que bien pudo haber rescatado el primer puntos para El Glorioso.