vitoria - Como era de esperar, caras largas y ambiente plano en el día posterior a la destitución fulminante de Luis Zubeldía como técnico del primer equipo. El argentino, que acudió a la sesión de trabajo de Ibaia para despedirse de sus ya exjugadores, también tuvo oportunidad de conversar y desear la mayor de las suertes a Javi Cabello, hasta el pasado domingo por la tarde uno de sus más estrechos colaboradores y desde ayer lunes máximo responsable del equipo. Una responsabilidad que, como mucho, se extenderá hasta el próximo sábado, cuando el Alavés reciba en Mendizorroza al Real Madrid. Será entonces cuando el nuevo entrenador que firme en Vitoria sepa a ciencia cierta cuál es estado de salud de un paciente que ahora mismo respira en la UVI con ventilación mecánica. Ese punto de inflexión que significará el duelo ante la escuadra de Zidane no será el único, porque antes de esa jornada, el Alavés viajará mañana a Riazor para enfrentarse al Deportivo de la Coruña de Pepe Mel, sobre el que también se cierne una peligrosa guillotina como consecuencia de sus malos resultados (1 punto de 12).

Con estas coordenadas bajo el brazo se presentó ayer Cabello en el césped de Ibaia para tratar de levantar el ánimo, recordar algunos conceptos muy primarios e insuflar algo de ilusión a un vestuario que en estos momentos se encuentra en modo grogui. No hay muchas más margen ni opciones a estas alturas con las heridas aún abiertas y el vestuario, quizá, todo lo dividido que se puede permitir en una situación de estas características. A Coruña viajarán los jugadores con lo puesto e inmersos en un mar de dudas pero con la certeza clara de que, ahora sí, con el culpable ya en la morgue, es responsabilidad suya dar un paso al frente, que traducido en paladín cristiano significa: defender y competir.

actividad frenética en el club Mientras tanto, y como no podía ser de otra manera, las gestiones en el club para contratar al sustituto del argentino fueron ayer igual de frenéticas que las emprendidas el mismo domingo por la tarde, cuando dieron carta de naturaleza al despido. Si bien es cierto que candidatos como Javi Gracia (ex del Rubin Kazan) y el vitoriano Aitor Karanka (ex del Boro) habían sido sondeados en los días previos al cese de su colega, no fue hasta ayer cuando se supo de manera extraoficial que ambos técnicos estaban muy alejados de Vitoria. En el primero de los casos, por motivos económicos, mientras que en el otro las razones habrían obedecido a cuestiones personales.

De modo que la agenda y el móvil del director deportivo, Sergio Fernández, continuaron con su particular frenesí con la idea de cerrar cuanto antes este capítulo y dejarlo todo a punto para que el debut del nuevo preparador -al que no se quiere quemar con los partidos ante el Deportivo y el Real Madrid- se produzca realmente el próximo lunes 25, aprovechando que esa semana hay parón liguero debido a los compromisos internacionales.

A partir de ahí, el rosario de nombres que ayer circularon por la entidad albiazul -unos debido a un interés propio por parte del club y otros filtrados de manera interesada- fue notable. Quizá el más fiable fue el del Pitu Abelardo, extécnico la pasada temporada en el Sporting en Primera y antiguo jugador además del Alavés en la temporada 2002-2003, pero no fue ni mucho menos el único. También sonaron los nombres de Rubén Baraja, sondeado ya en su día por la directiva albiazul y cuyo último banquillo fue el del Rayo Vallecano (2016-2017), Víctor Sánchez del Amo, ex del Betis el pasado curso hasta su destitución a falta de dos jornadas cuando había logrado la permanencia del equipo, o uno de los candidatos preferidos por la directiva albiazul cada verano, Luis García Plaza, enrolado en estos momentos en el Beijing Renhe de la segunda división china. Nombres, intereses y propuestas de diversa índole para una vacante que también ha despertado el interés del mundo de los agentes por ofrecer a algunos de sus representados. El más llamativo en este sentido habría sido el caso del uruguayo Gustavo Poyet, una opción que no convencería en Mendizorroza habida cuenta de que el perfil que se persigue es el de un técnico español, con experiencia en Primera y el carácter suficiente para encarar sin titubeos un marrón de este calibre donde, según se mire, no está claro aún si se trata de una oportunidad única o un riesgo mayúsculo.