Vitoria - Si hay que buscar algún argumento optimista al que agarrarse para seguir manteniendo la fe en este Alavés, al menos ayer el equipo vitoriano dejó unos pocos minutos en los que su juego resultó por vez primera este curso reconocible, aunque, una vez más, esos pequeños brotes verdes se pudrieron en cuanto el rival se puso por delante y la confianza albiazul se desmoronó como en partidos precedentes para dar paso a una versión descabezada y desorganizada que bien pudo haber recibido una goleada de escándalo si el Villarreal llega a pisar el acelerador. Luis Zubeldía retomó la idea del 4-4-2 de inicio, aunque con el detalle de la presencia de Álvaro Medrán escorado a la derecha en el centro del campo para las tareas defensivas, pero yéndose hacia una posición más centrada con el balón.
Un ir y venir que propició desajustes que Rodrigo Ely y Carlos Vigaray no pudieron solucionar, aunque a cambio de ganar capacidad creativa en la zona de máquinas. Tras un inicio con dudas, el Alavés fue capaz de asentarse sobre el césped y buscar un juego combinativo con Medrán y Bojan ejerciendo de cerebros. Así llegaron las aproximaciones más peligrosas con Ibai Gómez probando puntería, sin fortuna, desde lejos. Justo en el momento en el que mejor engrasado parecía el equipo, ofreciendo una imagen que durante alrededor de un cuarto de hora fue bastante convincente, llegó el mazazo que echó por tierra ese amago de mejoría.
mala suerte otra vez De nuevo con la mala suerte como aliada al rebotar el disparo de Bakambu en la espalda de Alexis, el rival se adelantaba en el marcador y daba paso a un Glorioso en versión hundimiento. Como ante Leganés y Celta, tras el gol encajado el equipo se convirtió en un desbarajuste táctico con el desorden campando a sus anchas y jugadores corriendo de un lado para otro sin saber a ciencia cierta qué tenían que hacer. Sobrevivió el conjunto vitoriano hasta el descanso, pero al regreso de los vestuarios el Villarreal no tuvo que hacer mucho más que aprovechar los espacios para ganar con tranquilidad.