Vitoria - El capitán al que no le gusta que le llamen capitán soñaba de niño, dándole patadas al balón en el patio de San Viator, con jugar en Primera División con el Deportivo Alavés. El sueño se convirtió en utopía ya en plena adolescencia, cuando crecía como futbolista en Zubieta y no pudo dar el salto al primer equipo de la Real Sociedad. Comenzó entonces la andadura por el balompié de barro, el de la categoría de bronce que tantas historias recoge. Como su ascenso con el Real Unión después de haber sido descartado a última hora por el Girona, el día que le dejaron sin ficha en el Eibar, sus dudas tras ser expulsado en Mendizorroza con el Logroñés y su posterior desembarco en El Glorioso para convertirse en leyenda viva del club de su corazón a base de gestas y ascensos que acabaron por superar ampliamente lo que un día fue el sueño de un niño de Vitoria. Todo esto lo narra el documental #Manu 19, una producción de Arteman Komunikazioa dirigida por otro alavesista, además de voz de Mendizorroza, como Gorka Etxabe.
“El documental surge después de clasificarnos para la final de la Copa. Volviendo a casa en coche, escuché a Sid Lowe por el interés que suscitaba el Alavés y la esencia del fútbol que encarnaba Manu García. Le empecé a dar vueltas pensando que Manu tenía una historia y lo empezamos a trabajar con él poco a poco. No aparecen todas las personas que él quería, pero sí las que representan en ideas y valores lo que queremos transmitir porque Manu ha estado en la sala de máquinas y ha opinado. Hemos querido tocar los sentimientos para llegar a la gente, que no es sencillo, y se ven los momentos más duros y también los felices, su relación personal con sus compañeros y familia...”, explica el director de la cinta que se estrenó ayer en los Cines Florida y que hoy (20.00 horas) tendrá un segundo pase para el público.
Sus padres, Alejandro y Chelo; sus hermanas, Patricia y Carolina; su representante, Tomás Durán; su primer entrenador en San Viator, Pepe Martín; Javier Zubillaga, que fue su entrenador en la Real Sociedad y lo fichó para el Alavés; el periodista Sid Lowe, instigador sin saberlo de la idea; o compañeros y amigos suyos como Eneko López de Munain, Jagoba Beobide, Iñaki Sáenz, Sendoa Aguirre o Einar Galilea complementan con sus visiones y anécdotas el recorrido personal del propio Manu desbrozando toda su carrera.
Desde el patio de San Viator, los viajes diarios a Zubieta lloviese o granizase, las confesiones a las hermanas que no se podían hacer a los padres, las frustraciones por no poder alcanzar la Segunda División, un entrenamiento en solitario una Nochevieja, el amago de colgar las botas después de haber sido expulsado de Mendizorroza con un paseo hasta la estatua de San Prudencio a modo de reflexión hasta la reciente, brillante y de todos conocida etapa como referente y capitán de una época dorada del alavesismo, con dos ascensos, el debut en Primera División con un brazalete que le regaló Sendoa y la final de la Copa del Rey como puntos culminantes de toda esta trayectoria.
“Para el alavesista, es la historia de un jugador referente del club, muy querido y respetado; para el vitoriano, la historia de un chaval que cumple su sueño de cuando era un crío de San Viator, ascender dos veces con su club y llegar a Primera División; para la gente en general, es la historia de superación de una persona que a base de trabajo, sacrificio, entrega y capacidad, porque para mí siempre ha sido un buen jugador que solo por lo que transmite y lo emocional siempre tiene que estar en el campo, ha cumplido sus sueños; para los niños, yo creo que es un ejemplo porque yo tengo tres críos y su historia y comportamiento me parecen un ejemplo mucho mejor que el de cualquiera de las estrellas actuales del fútbol”, destaca Gorka Etxabe.
#Manu 19 vio ayer la luz con el capitán alavesista rodeado de familiares, amigos, compañeros y muchas de las personas que le han acompañado y animado en toda esa trayectoria que el documental recoge. Una obra maestra en clave albiazul que supone el ejemplo de superación de un niño de Vitoria que nunca ha dejado de pelear por sus sueños.