Vitoria - En un verano donde tiene colocado sobre sus hombros el cartel de transferible y todavía puede hacer las maletas si llega una buena oferta por sus servicios a las oficinas de Mendizorroza, Christian Santos se ha convertido en una de las noticias positivas para este Deportivo Alavés en pleno acoplamiento y aún en fase embrionaria. Nada mejor que ponerse en el escaparate, recobrar la confianza perdida y ganar algo de crédito ante una afición desencantada con su rendimiento a base de goles, ese bien preciado en el mundo del fútbol del que tan solo unos privilegiados con el dinero a borbotones pueden presumir.
No anda sobrado precisamente el combinado vitoriano de instinto asesino, puntería y desequilibrio en los últimos metros con una vanguardia pendiente todavía del aterrizaje de uno o dos delanteros, pero las escasas gotas de peligro y el acierto en el remate en esta pretemporada están procediendo de las botas del pujante delantero venezolano.
Tras una primera campaña en Vitoria donde pasó completamente desapercibido y estuvo muy por debajo de las expectativas iniciales marcando únicamente cinco goles -tres en Liga y dos en Copa del Rey, alguno de ellos de penalti para más inri-, Santos trata de reivindicarse en estos amistosos bajo la atenta mirada de Luis Zubeldía. El flamante técnico albiazul todavía no ha apostado por él como titular en ninguno de los partidos disputados hasta la fecha, de lo que se puede deducir una cierta falta de confianza hacia sus posibilidades. El venezolano se ha mostrado resolutivo saliendo desde el banquillo en la segunda parte, eso sí antes rivales modestos que físicamente ya estaban desgastados.
salvador en soria Mientras la secretaría técnica encabezada por Sergio Fernández culmina las farragosas gestiones para reforzar una actualmente escuálida línea atacante, Santos se está dejando sentir como el rematador que precisa todo equipo para lograr los objetivos marcados. El último ejemplo de ello tuvo lugar el pasado viernes en Los Pajaritos ante el Numancia de Segunda División.
Cuando el duelo agonizaba, Santos acudió al rescate del Alavés. Recibió un perfecto balón de Krsticic y, con ese célebre instinto que caracteriza a un killer del área, alojó el balón en las mallas gracias a un zurdazo inapelable a media altura que superó al portero local. Fue la clásica acción de un depredador con la portería rival entre ceja y ceja que enmascaró el mal juego colectivo y de paso evitó la primera derrota del Alavés en su preparación para el arranque liguero del proximo 18 de agosto en Leganés.
El sellado en tierras sorianas es el tercer tanto firmado en esta pretemporada por el punta llegado hace un año del Nijmegen holandés. Con anterioridad, también había rubricado dos tantos ante el Mirandés en otro amistoso a puerta cerrada, algo que deja bien a las claras sus ganas de redimirse en, salvo traspaso de última hora, su segundo ejercicio como albiazul.
En un conjunto con grandes problemas para hilvanar fútbol en el centro del campo y a la espera todavía de fichajes de campanillas que brinden soluciones al juego de ataque, se necesitan buenas dosis de puntería. Y, de momento, Santos quiere invertir la preocupante tendencia de la pasada temporada, donde siempre estuvo eclipsado por Deyverson y apenas entró en los planes de Mauricio Pellegrino.
La duda estriba en si gozará de continuidad cuando empiece lo realmente importante en el futuro, mucho más cuando el Alavés añada competencia a su demarcación con el desembarco de algún delantero que sirva para colocarle en otra dimensión de cara a su nueva andadura en la máxima categoría. Con gol en los últimos metros, es obvio que la salvación no debería correr ningún tipo de peligro.