Vitoria - Cuando a Sergio Fernández se le pregunta por algún jugador que puede abandonar el Deportivo Alavés, el máximo responsable futbolístico del club se limita a responder siempre diciendo que “tiene contrato en vigor”. Una cuestión tan real como la vida misma y que ejerce de maravilloso parapeto de cara al interior, al no situar a los futbolistas en una situación comprometida, como de cara al exterior, al advertir que nada sale gratis. La lógica postura no deja de ser una frase hecha que el viento puede llevarse en cualquier momento, ya que parece evidente que los movimientos del director deportivo van a ir más allá de las cuatro fichas que aún quedan libres. Y, para que se produzcan más entradas que ese citado número, también habrán de llegar las salidas.
Hay jugadores que tiene su hueco fijo en los planes del nuevo proyecto, pero hay otros que se mantienen en una situación de incógnita por su bajo rendimiento de la campaña precedente. Futbolistas que tenían claro que iban a hacer las maletas en el caso de que Mauricio Pellegrino hubiese aceptado la oferta de renovación, pero que contemplaron la opción de una segunda oportunidad con la marcha del argentino y la llegada de Luis Zubeldía.
El nuevo preparador alavesista, tras el primer amistoso de la pretemporada, señaló que en estos momentos está buscando a los jugadores que más le llenen. Un examen a todos sus pupilos, pero con especial trascendencia para algunos cuya continuidad no parece tan claro a partir del 31 de agosto y que en estas semanas de pretemporada deberán afanarse para tratar de convencer al nuevo preparador albiazul.
Con veintiún jugadores en plantilla -a los que hay que añadir a un Sergio Llamas con contrato del primer equipo-, el Alavés todavía busca en el mercado un lateral derecho -el elegido es Achraf, pero hay que esperar a la decisión del Real Madrid acerca de su futuro-, un central -se negocia con el Milan el regreso de Rodrigo Ely- un mediocentro y un delantero. Eso como mínimo, ya que los movimientos del club en este zoco veraniego hacen presagiar que son más demarcaciones en las que Sergio Fernández trabaja en nuevas incorporaciones. Pero para que las caras nuevas acaben siendo más de cuatro, antes hay que dar salida a jugadores con contrato en vigor.
Situaciones complejas Una vía de resolución a este previsible problema de superpoblación en el vestuario sería el traspaso de Zou Feddal -el Betis es el más interesado en el central marroquí-, que además dejaría en las arcas vitorianas un buen remanente económico con un ingreso de tres millones de euros. Una cuestión que encaja a la perfección con la insistencia en la contratación de otro central más, aunque siempre teniendo en cuenta que Víctor Laguardia no regresará antes de enero y que entonces habrá de nuevo la necesidad de liberar un espacio en el eje de la zaga -la situación de Alexis tampoco es sencilla, con un sueldo importante, perdiendo importancia en el tramo final del pasado curso y con un contrato que concluye el próximo verano-, donde además el joven Adrián Diéguez está ofreciendo muy buenas sensaciones durante los primeros entrenamientos.
La vía del traspaso de Feddal sería muy interesante para el club al liberar una ficha y conseguir un ingreso, pero todo hace indicar que también se habrán de producir soluciones más drásticas mediante rescisiones de contrato si se pretende finalmente incorporar a más de cuatro jugadores.
En este caso, el nombre de Óscar Romero aparece por encima del resto. La situación del paraguayo es extremadamente compleja y de difícil gestión para el club. Su rendimiento la pasada campaña no fue brillante, ocupa una de las tres plazas de extracomunitario y todas ellas tienen dueño por lo que de momento no se puede fichar a otro futbolista extranjero y, lo fundamental, su cesión en Vitoria concluye el próximo 31 de diciembre. Mantener a un futbolista en plantilla sabiendo que lo más normal es que se vaya mediada la temporada no parece entrar en los planes de Zubeldía.
El de Romero es el caso más claro, pero hay otras situaciones a analizar detenidamente. Jugadores como Dani Torres o Nenad Krsticic tuvieron una importancia menor en el proyecto de la pasada temporada. Sobre todo en el caso del primero, su rendimiento estuvo muy lejos de la gran apuesta que el Alavés realizó en su contratación. El colombiano se juega la presencia en el Mundial y tratará de convencer a su nuevo técnico. Una situación similar a la del serbio, quien podría buscar un nuevo destino en el caso de verse abocado a una segunda campaña consecutiva con pocos minutos en la capital alavesa.
En esta tesitura, varios jugadores trabajan estos días tratando de convencer a Zubeldía de que pueden ser útiles para el Alavés.