vitoria - Edgar Méndez llegó ayer a Mexico para pasar reconocimiento médico con el Cruz Azul y estampar su firma en el contrato que le unirá al equipo dirigido por Paco Jémez, con quien coincidió en el Granada y que es el gran valedor de un fichaje que llenará de euros las arcas de Mendizorroza. Y es que, según distintas fuentes, el Alavés no ha perdonado ni las migajas de los cinco millones de euros que figuraban en su cláusula de rescisión, una operación mastodóntica para un club albiazul que, desde los millonarios traspasos de Cosmin Contra y Javi Moreno al Milan bajo la presidencia de Gonzalo Antón, no había cerrado un traspaso de semejantes proporciones. Dinero fresco en caja para teóricamente acelerar a partir de ahora las gestiones encaminadas al paulatino cierre de la plantilla en manos de Luis Zubeldía de cara a la próxima andadura en la máxima categoría.

Si se exceptúan las históricas ventas del lateral rumano y delantero valenciano al club lombardo, las arcas del Paseo de Cervantes no han recibido jamás semejante contraprestación como ahora con Edgar. El extremo canario, que ha cuajado una excelente campaña en el Alavés siendo por ejemplo el autor del memorable tanto ante el Celta que posibilitó el billete para la gran final de la Copa del Rey en el Calderón, constituía una de las principales vías de Josean Querejeta para hacer este verano un negocio redondo. Víctor Laguardia -deseado en la Premier League inglesa- era el otro elegido, pero su grave lesión de rodilla ha frustrado los planes de los rectores albiazules.

A Edgar le quedaban dos años de contrato y el Alavés ha adoptado una postura intransigente en las negociaciones con el Cruz Azul, que apremiado por el próximo arranque del torneo Apertura -21 de julio- acaba de plegarse a los deseos del mandatario de Lazkao abonando una cifra a todas luces mareante que supone una bocanada de aire fresco de cara a los deseos de recomponer un colectivo debilitado por la marcha de piezas desequilibrantes como Marcos Llorente o Theo Hernández.

siempre canteranos En la historia reciente, el Deportivo Alavés ha rubricado cinco ventas de un calado sensiblemente inferior, siendo en la mayoría de la ocasiones el Athletic quien estaba sentado en la mesa de las negociaciones. El club de Ibaigane adquirió a Sívori en el verano de 1998, justo tras el ascenso, a cambio de 350 millones de las antiguas pesetas, dos jugadores -Solaun e Ibon Begoña- y la cesión del propio futbolista durante la temporada siguiente. En 2006, después de que el Alavés descendiera a Segunda División, fue Josu Sarriegi quien tomó la AP-68 por una cantidad cercana al millón de euros.

La fuga de perlas surgidas en la cantera de Ibaia era por entonces inevitable ante el delicado momento deportivo que vivía el club babazorro. El siguiente en salir en 2008 fue el lateral zurdo Albergo Morgado, por el que la Real Sociedad abonó unos 700.000 euros más la cesión de Stevanovic. Un verano más tarde, esa lista fue engrosada por Óscar de Marcos, actual propietario del lateral derecho del Athletic, que desembolsó unos 360.000 euros por otra de las incipientes promesas albiazules. El último traspaso que alivió las por entonces maltrechas arcas de la entidad del Paseo de Cervantes era hasta hoy el de Igor Martínez. El flamante fichaje de la Ponferradina dejó en caja alrededor de 250.000 euros. Pues bien, Edgar acaba de multiplicar por bastante estas cifras.