vitoria - Gran parte del éxito del Deportivo Alavés la pasada temporada se coció en el vestuario, muy alejado de la luz pública y el ruido mediático. Recién estrenada la categoría y con un equipo literalmente nuevo tras la incorporación de 18 jugadores en verano, la tarea de cohesionar aquel plantel tan dispar y babilónico no fue desde luego fácil. Pellegrino lo supo pronto y por eso entregó las llaves de la caseta desde un principio a la vieja guardia, los supervivientes del infierno de Jaén, donde se estuvo a punto de descender a los infiernos de la Segunda División B, y los que ayudaron a ascender al Glorioso a Primera un año después. De la gesta en la Nueva Victoria se cumplen precisamente estos días tres años y otro más del ansiado ascenso en Mendizorroza a cuenta del Numancia (2-0). Un tiempo suficiente para que los allí presentes agradecieran estos días a través de las redes sociales a sus ya excompañeros su especial contribución a que el actual Alavés esté donde esté por culpa de aquel esfuerzo.
De la agónica salvación en Jaén apenas quedarían un año después algunos supervivientes como Manu García o Raúl García, a los que en el siguiente curso, en el del regreso a Primera de la mano de José Bordalás, se unirían jugadores de la casa como Víctor Laguardia y Gaizka Toquero, encargados todos ellos de custodiar la esencia de un vestuario que siempre ha sabido anteponer el valor del grupo al de cualquier individualidad. Lo hizo primero con Alberto, más tarde con Bordalás y el pasado curso con Pellegrino, doctorándose entonces la escuadra alavesa con una temporada extraordionaria que rompió todos los pronósticos pero que, lamentablemente, va a dejar al nuevo proyecto huérfano de algunos de los gudaris que le permitieron mantener no solo la cohesión de todo el grupo sino alcanzar un nivel de compromiso elevadísimo hasta el último tramo de la temporada. Si hace unos días era Raúl García quien se despedía del alavesismo después de cuatro temporadas en el club -durante las dos próximas campañas defenderá la camiseta del Leganés-, es ahora el vitoriano Gaizka Toquero el que seguirá la estela del lateral gallego con un rumbo aún por determinar pero que bien podría apuntar a alguna liga extranjera como la emergente MLS norteamericana.
pacheco e ibai, un paso al frente A la espera de una contestación por parte del club que éste se comprometió hace ya días a dar y que aún no se ha producido -probablemente la estancia de Sergio Fernández en Colombia haya influido en la demora-, la realidad indica que salvo giro radical, lo “normal” es que el delantero de Ariznabarra no aceptará la oferta de renovación a la baja que le ha trasladado el club y hará las maletas. También queda descartada por parte del propio jugador la opción de jugar el próximo curso en un conjunto de Segunda División, por lo que a sus 32 años, la opción del extranjero cobra si cabe más fuerza. Su adiós del Alavés dejará bajo mínimos a la guardia pretoriana del vestuario, en manos ahora de Manu García y Víctor Laguardia, a los que debería unirse de forma inmediata Fernando Pacheco y, por aquello de la conexión vasca con el capitán, Ibai Gómez, ambos con contrato en vigor.