Vitoria - Deyverson pasará a la historia del Deportivo Alavés como uno de los jugadores más excéntricos que han vestido la camiseta de este club. Pero también lo hará como una de las personas más simpáticas, con una cercanía con los aficionados que resulta bastante extraña en el fútbol profesional y con detalles que hablan de su calidad humana.

El brasileño apareció en verano en Vitoria con unos cuantos sambenitos a sus espaldas tras un año en un Levante que descendió y en el que vivió algunos capítulos de fuera de los terrenos de juego esos que es mejor no acordarse, por no hablar de su incontrolable tendencia a ser castigado por los árbitros por las cuestiones más absurdas. En el entorno del club generaba dudas en cuanto a su comportamiento tanto dentro y como fuera del campo.

De su vida privada, poco ha dado que hablar. Y dentro de los terrenos de juego, si bien su tendencia a recibir tarjetas se ha mantenido -catorce en todo el curso-, lo cierto es que la mayoría han venido marcadas por incidencias del juego y no por piques con rivales -aunque no ha faltado alguno, como el sonado con Godín que acabó a escupitajos- o incidencias con los propios colegiados.

Si bien se recordará que le costaba marcar goles, pocos delanteros habrá en el panorama actual que tengan la capacidad de Deyverson de trabajar en favor del equipo. Corre, presiona, aprieta, defiende y es capaz de desquiciar a los defensas más tranquilos. Además, es un portento en el juego aéreo, donde es prácticamente imposible ganarle la partida. Por eso, Pellegrino lo tiene como baza clave en las acciones de estrategia defensivas.

Pero, al margen del jugador, lo que quedará para siempre es el recuerdo de la persona. Capaz de pasarse el partido girado hacia la grada arengándola, de repartir besos y abrazos entre los rivales o de celebrar un gol bajándose el pantalón hasta casi exhibirse impúdicamente, ha dejado detalles humanos difíciles de ver. En San Mamés, le regaló una camiseta a un chaval al que había dado un balonazo; tras eliminar el Celta, fue a consolar a su afición. Deyverson dejará huella. - B. Mallo

Vitoria - Ya está aquí la final, por fin. ¿Cómo llega el Alavés y qué sensaciones tiene antes de afrontar el partido?

-Llegamos a la final con mucha humildad, sabiendo que el Barcelona es un gran equipo que ha ganado muchos títulos, pero nosotros somos un equipo con mucha ilusión y que puede ganar una final y hacer historia para el Alavés y poner contenta a nuestra afición y por eso vamos a pelear y dejarlo todo sobre el césped el sábado.

¿Qué tienen que hacer para tener opciones de ganar al Barcelona?

-Jugar con mucho esfuerzo y mantenernos siempre muy centrados. No se pueden cometer errores porque si tienes un fallo el Barcelona te lo hace pagar. Está claro que ganarles es difícil, pero no es imposible porque nosotros también tenemos muchas virtudes. Podemos sorprenderles con algunas cosas, pero no voy a dar pistas. Mejor que se vea en la final. Ya les hemos ganado una vez y estoy seguro de que lo podemos repetir.

¿Se imagina siendo campeón con el Alavés con un gol suyo que sea decisivo?

-Claro que te lo imaginas. Es algo que he hablado con mi papá, con mi mamá, con mis amigos de Brasil... Si marco yo o quien sea y ganamos, me quito la camiseta y me quito todo. Bueno, todo no. Me dejaré los calzoncillos porque si no luego en casa mi mamá me mata. Meter el gol del título sería algo histórico. Yo nunca he jugado una final y... Desde que nos clasificamos estoy muy emocionado. Mucha gente no creía que podía llegar a donde estoy hoy, pero otra mucha siempre me ha apoyado para esto y ojalá podamos ser campeones por la afición de este equipo, pero también por esa gente que me ha ayudado y ha confiado en mí. Claro que me gustaría marcar, pero lo importante es ganar. Si marco yo y no gana el Alavés no sirve para nada. Es lo bonito del fútbol, que somos un equipo y además tenemos detrás una gran afición y jugamos todos juntos.

Entre otras cosas más, habrá que frenar a Messi para tener opciones.

-Ufff. Hablar de parar a Messi es un poco complicado. Yo prefiero hablar de Llorente, Manu García, Camarasa, Ibai, Toquero... En el Alavés también hay muchos jugadores que son imparables. Messi es un gran jugador, pero mis compañeros también son muy grandes jugadores, cada día están creciendo más y tenemos muchísimas ganas de jugar esta final. Vamos con toda la humildad del mundo, pero con muchísima ilusión.

Ya le hizo un gol al Barcelona en el partido del Camp Nou. No estaría mal repetir.

-Ojalá le pueda marcar otro gol, pero si mete otro compañero me voy a poner igual de feliz. Lo importante es ganar, no quién marque.

¿Cree que ese gol fue uno de los más importantes de su carrera o no le otorga una relevancia especial?

-Todos los partidos son importantes y todos los goles también. A mí me da igual jugar contra el Barcelona o un amistoso porque todos los encuentros son muy importantes para mí. Soy un delantero diferente, salgo mucho del área, ayudo a mis compañeros y defiendo al club hasta la muerte. Por eso no tengo muchos goles, al final estoy atacando y defendiendo y no estoy mucho tiempo en el área. Fue un gol bastante importante, pero los demás han sido también importantes en mi carrera.

Está muy unido a su familia y su padre no se pierde ni un entrenamiento del equipo. Ya la ha dedicado algún gol yendo hacia la grada de Mendizorroza donde está él está sentado. En el Vicente Calderón va a ser más difícil encontrarle en caso de que vuelva a marcar de nuevo.

-Va a ser complicado llegar hasta donde estará mi papá porque va a estar muy arriba. Lo celebraré con mis compañeros, que son con los que he trabajado todo el año para tratar de ganar esta final.

El valor de los delanteros se suele medir por los goles, pero en su caso también hay mucho trabajo oscuro que no brilla tanto. Y también demasiadas tarjetas para lo que acostumbra un punta.

-Mi sueño es marcar gol en todos los partidos, pero no soy perfecto. Tengo que aprender y mejorar mucho más. Aquí he aprendido mucho, con el entrenador y con los compañeros, que me hablan todos los días. Tengo que jugar con más tranquilidad porque me sacan muchas tarjetas, pero pienso que este año no fueron tantas por tonterías, sino por pelear y luchar por mi club.

El tema de las tarjetas es un sambenito que parece que no va a poder quitarse de encima.

-Me caliento mucho en los partidos, pero fuera del campo soy igual. A veces me paso. Soy así. Tengo que ser más tranquilo, pero este año creo que la mayoría de las tarjetas no han sido por tonterías.

Ha tenido episodios que hablan bien a las claras de esos cambios emocionales. Tan pronto se enreda a escupitajos con Godín como le vemos consolando a los aficionados del Celta tras haberles ganado en la semifinal de la Copa.

-A veces parezco un buen chico y otras una mala persona. Cuando estás en el campo y un rival te pica, te pica y te pica... Yo no soy perfecto y también me equivoco, pero ya pedí perdón por todo eso. Lo del día del Celta fue así porque a mí me duele mucho ver llorar a la gente y por eso me acerqué donde ellos para tratar de consolarles.

Siempre que ha hablado públicamente ha alabado el trabajo de Mauricio Pellegrino para reconducir su carácter y tratar de que juegue más calmado y sin cometer esos errores que se pagan caros.

-Cuando hablé con él la primera vez me fijé en la persona. Fue un gran jugador y va a ser un gran entrenador. He aprendido mucho de él. Me ha enseñado muchas cosas. Es una gran persona, con un corazón muy grande. Habla todos los días con nosotros y nos trata muy bien, con mucho respeto. Le admiro como persona más que como entrenador.

Lo que ha quedado claro es que usted es una persona a la que le gusta el contacto, estar cerca de los aficionados y charlar y hacer bromas con ellos.

-Claro que sí. Paseo mucho por la calle y me gusta mucho la cercanía de la gente. Yo soy una persona como las demás, no soy diferente a nadie por jugar a fútbol. El dinero y la fama no me van a cambiar para nada. Soy de carne y hueso y la gente siempre me trata muy bien. A veces alguien me invita a un café y hablamos como si fuésemos amigos de toda la vida. Siento que tengo el cariño de la gente y eso para mí es muy importante. A la afición no le puedo pedir nada porque siempre ha estado con nosotros apoyándonos, ganando, empatando y perdiendo. Con todo el respeto a las demás, la afición del Alavés es la mejor que he visto en mi vida y me encanta.

Transmite la sensación de disfrutar mucho de la vida. Pocas veces se le ve sin una sonrisa en la boca.

-Yo soy un chico muy bromista y siempre estoy con la sonrisa en la boca. La vida es complicada: hoy eres famoso y tienes dinero, pero igual mañana no tienes nada y nadie se acuerda de ti. Yo trato de ser una persona feliz porque la vida es jodida y al día siguiente te puede dar un golpe y ya nadie te conoce. A las personas les recomiendo que tengan el corazón abierto y traten de ser felices, aprovechando cada segundo de la vida.