vitoria - José Manuel Esnal, Mané, probablememnte sea la persona, entrenador en este caso, que mejor entienda en estos momentos la soledad de Mauricio Pellegrino en las horas previas a la final de Copa ante el Barça. Entre otras cosas porque hasta la fecha, en toda la historia del club, sólo él ha sido capaz de situarse al frente de un plantel en una cita tan importante. Ocurrió hace 16 años, en Dortmund, donde aquel Alavés de aldeanos se midió con todo el mérito del mundo y contra todo pronóstico ante un Liverpool de campanillas en busca del título de campeón de la UEFA. El final de aquel cuento, amargo como pocos, por todos es sabido pero las lecciones que el alavesismo aprendió aquella triste noche de mayo perduran. Por eso la voz y el mensaje de Mané continúan hoy teniendo predicamento a falta de pocos días para la final ante el Barça, que el vizcaíno “disfrutará” esta vez “como un aficionado más”. Así y todo, resulta difícil que aparque estos días al entrenador que lleva dentro, ese mismo que le permite asegurar que tiene un buen pálpito de cara a la final. “El fútbol que te ha llevado hasta esta final es el que tienes que desarrollar, con toda la normalidad del mundo. Puede haber algunos matices normales con algunos jugadores pero no puedes volverte loco ni hacer cosas extrañas”, señaló ayer el técnico en una entrevista en Radio Vitoria. Quizá por esa razón comparta el aislamiento al que está sometiendo estos días a sus jugadores su colega Mauricio Pellegrino -“Esa tranquilidad y normalidad le hace bien al equipo”, sostiene-, cuya puesta en escena de cara a la final le gusta. “Creo que el equipo llega muy bien a este partido, mejor imposible. Con muy buenas sensaciones y el público muy volcado, y eso la mejor sintonía que puede tener un equipo. Además, físicamente creo que está bastante bien y desde el punto de vista de orden táctico el Alavés está ya maduro”, concluyó.
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