Vitoria - Probablemente solo un jugador en el mundo en estos momentos sea capaz de decidir un partido de primer nivel por sí mismo. Un gesto, una finta, un cambio de ritmo ¡y zas!, el certero zarpazo de cada jornada para finiquitar el asunto. Ese jugador se llama Leo Messi y para la suerte del Barça forma parte de su plantilla desde hace ya muchas temporadas. Para el Alavés, en cambio, la presencia del argentino en el campo es una desgracia que el sábado no le quedará más remedio que soportar. Porque como asegura Feddal, uno de los centrales que ya lo ha sufrido en su etapa en el Levante y ahora en el Glorioso, “Messi es un dolor de cabeza permanente”. Una descripción que dejando las metáforas al margen alcanza tintes de realidad en compañeros como Raúl García, presente en el histórico 1-2 del mes de agosto en el Camp Nou y cuyo trabajo de concentración resultó tan “extenuante” que literalmente acabó aquel partido con dolores en la testa. Como quiera por tanto que la influencia del 10 es extraordinaria, cuatro discípulos de Mauricio Pellegrino que presumiblemente rondarán la zona de influencia de Messi desgranan para este diario algunas de las claves que el Alavés deberá poner en marcha este sábado para intentar detener al argentino. Quizá el más elocuente de todos ellos sea el mismo Feddal, que advierte por encima de cualquier otra cuestión de la importancia del “grupo” para neutralizar a jugadores de semejante nivel. “Todos sabemos quién es Leo y de lo que es capaz; y todo sabemos que contrarrestarlo va a ser una de las tareas más difíciles. Es un dolor de cabeza para todas las defensas y va a serlo también para nosotros, claro, pero nuestro trabajo se va a basar en intentar que no gire y no encare la línea defensiva para que no pueda filtrar después pases entre líneas, que es donde verdaderamente tiene un peligro enorme”, avanza con certeza táctica el central marroquí, presumiblemente titular el sábado junto a su colega Rodrigo Ely. Sobre esta pareja de centrales recaerá la responsabilidad de no solo marcar al argentino cuando acuda a la zona de peligro sino también alertar al resto de compañeros que tendrán delante, previsiblemente Manu García Marcos Llorente, o en las bandas, coto privado de Kiko Femenia y el explosivo Theo. Con todos ellos deberán comunicarse Feddal y Ely sin descanso durante todo el partido con el objetivo de sellar la mínima fractura que pueda surgir entre líneas, esos minúsculos espacios en la confluencia del área donde Messi acostumbra a hacer diabluras. “Esa es la idea. Intentar rodearle entre todos los que podamos para que no tenga esa décima de segundo para pensar porque yo creo que Leo es un tío que va más rápido de cabeza que de pies...”, abunda Feddal. ¿Y pegarse al argentino como una lapa desde el minuto uno?, se le pregunta a continuación. El marroquí niega con la cabeza. Quizá porque ha visto demasiadas veces el resultado o quizá porque la superioridad en el uno contra uno del argentino es tan grande que no merece la pena ni tan siquiera intentarlo. De modo que el plan B, el lógico en este caso, primará por encima de cualquier otro intento. De nuevo el grupo sobre el individuo. “Lo importante va a ser estar muy juntos todos para apretarle con agresividad porque si le das un metro te la va a liar por dentro y, como poco, te va a generar una ocasión de gol”, insiste Feddal, que recurre en su particular clinic al ejemplo de la acordeón para explicar la cadencia de los movimientos que el equipo tiene que ser capaz de ejecutar este sábado a la perfección. “El partido va a ser muy duro, con un bloque muy junto y dejando muy pocos espacios entre líneas así que ahí tenemos que intentar ser como el acordeón, salir siempre juntos y regresar siempre juntos, acompasados y en grupo. Si nos rompemos por ahí nos van a joder”.
Muchas ayudas y coberturas En una línea parecida transcurre el planteamiento de su compañero Raúl García, que ya en el partido de ida en el Camp Nou sufrió en su banda izquierda las acometidas del astro argentino. A partir de esa experiencia, el gallego insiste en ponderar la labor de grupo por encima de cualquier otro plan para intentar parar al, según dice, es el mejor jugador del mundo. “Somos un bloque muy ordenado, bastante rocoso y la línea defensiva del sábado va a tener que venir por ahí, por intentar hacerles el partido lo más incómodo posible y aprovechar las ocasiones que tengamos”. Tampoco la opción del marcaje al hombre seduce al lateral, que insiste en que a Messi, o se le para entre todos o no se le para. “Tiene que ser un trabajo grupal, de estar todos juntos, con muchas ayudas y atentos a las coberturas para paliar la rapidez con la que sale de cada regate y arma el disparo”.
Un “ejercicio máximo de concentración”, resuelve Rodrigo Ely, que ha de durar lo que tenga que ser porque con Messi en el campo nunca se sabe. En la opinión del italobrasileño, “no hay un jugador ahora mismo en el mundo capaz de improvisar un plan B en un instante como él, ninguno, y eso es muy desquiciante para quienes tienen que defenderle”, reconoce el central cedido por el Milán, uno de los más felices de todo el plantel. Salvo sorpresa, la baja de Laguardia le abrirá las puertas de la titularidad en la final, un escenario “impensable” cuando recaló en Vitoria hace solo unos meses. “Estoy realmente feliz por cómo me están saliendo las cosas desde que llegué y por mi familia, que también está muy a gusto en esta ciudad, así que no puedo pedir más por el momento”, reconoce el central, para quien la baza de no ser ni mucho menos favoritos para alzarse con el título es una gran ventaja. “Pienso que es bueno que no nos den como favoritos porque así toda la presión recae en ellos, algo que por otra parte ya tiene que ser habitual para ellos. Así que lo mejor que podemos hacer es disfrutar de este momento y llegado el momento, competir al máximo como hasta ahora. Esa es nuestra fuerza, la fuerza que debemos explotar”, concluye Ely antes de dar el paso a su colega Carlos Vigaray, para quien buena parte de las opciones del Alavés para neutralizar el “don” que tiene Messi pasan por tres claves: “Orden, concentración y salida a la contra. No tenemos otra opción. Mucha solidaridad y trabajo en equipo”.