Vitoria - Quienes hayan seguido la trayectoria de este Deportivo Alavés ya saben de sobra que competitividad no es lo que le falta al equipo vitoriano y, por eso, por mucho que en la última jornada liguera ya se juegue bien poco y la final de la Copa del Rey se encuentre en el horizonte, pensar en que el equipo albiazul vaya a salir a darse un paseo y propiciar la fiesta montada por el Leganés en Butarque es una auténtica quimera. La exigencia en cada partido ha sido la misma desde el principio del curso y, con la final a una semana vista, lo que se pretende es mantener el listón de la exigencia en una cota muy elevada, además de la opción que existe de concluir la campaña en la octava posición, una plaza que reportaría al club mayores beneficios económicos que la novena actual o la décima a la que podría caer en el peor de los casos.
“Para nosotros es un partido que nos puede permitir escalar una posición más y uno cuando compite entrena una manera de jugar, un carácter, una forma de conseguir los objetivos y es la mejor manera de llegar al último partido del año con las mejores sensaciones. No vamos a ir de fiesta, vamos a ir a competir como hemos hecho siempre”, señaló Mauricio Pellegrino.
El técnico argentino no quiere que su equipo baje los brazos en la última jornada y tampoco espera a un Leganés relajado, ya que cree que los pepineros querrán que su fiesta sea completa: “Cuando una juega el último partido en casa y quiere celebrar algo le gusta que todo salga bien y ganar. A nosotros nos pasó el otro día contra el Celta. Si la gente viene a hacer una fiesta, queremos que salga de la mejor manera y perder te arruina todo. Nosotros vamos a competir de la mejor manera, buscas buenas sensaciones y pelear por el octavo puesto si tenemos posibilidad. Aparte de que es dinero para el club, es siempre nuestro deseo ganar y vamos a intentarlo”. - DNA