vitoria - Lo que la semana pasada parecía un hecho a falta únicamente de la confirmación oficial, ahora ofrece un giro soprendentemente contrario que llena de incertidumbre el futuro de Mauricio Pellegrino al frente del Alavés. “No voy a hablar de mi futuro hasta que no acabe la temporada”, resolvió el técnico argentino en la noche del domingo en Onda Cero, dejando helado a gran parte del alavesismo, que estaba ilusionado con la continuidad del argentino en el proyecto del año que viene, y quién sabe si hasta el propio club, especialmente su director deportivo, Sergio Fernández, que habría sido el encargado de llevar el peso de unas negociaciones relativamente cómodas. En definitiva, un cambio de rumbo inesperado, o no, cuyo desenlace no se conocerá hasta después de la final de Copa del 27 de mayo ante el Barça, tal y como advirtió el preparador argentino.
Si bien en la previa del derbi ante el Athletic y en su comparecencia posterior el asunto de su renovación había pasado desapercibido aún filtrándose en la prensa gallega el mismo sábado por la noche que el Celta habría entrado en la puja por contar con sus servivios tras el más que probable adiós de su colega Berizzo al Sevilla, no fue hasta el domingo por la noche cuando Pellegrino salió a escena para abrir la puerta de la incertidumbre con un discurso que no invita precisamente al optimismo de cara a su continuidad en Vitoria. Porque si el pasado 29 de abril el acuerdo entre ambas partes era prácticamente un hecho a falta de confirmación pública, ¿por qué no anunciarlo cuanto antes para evitar la rumorología de aquí hasta el 27 de mayo? ¿Por qué este cambio de opinión tan repentino? ¿Quizá las palabras donde Pellegrino dejó caer su continuidad en el Alavés fueron mal interpretadas? ¿O quizá haya decidido guardar silencio para evitar distracciones entre los jugadores?...
Bien es cierto que nunca hasta la fecha el preparador ha confirmado que seguirá en Vitoria, sin embargo la ambiguedad de su discurso tampoco dejó dudas al respecto. “La decisión ya la hablamos con Sergio Fernández, creemos que es lo mejor y los vamos a anunciar. Dentro de poco lo anunciaremos públicamente”, reveló hace solo unos días.
De una forma u otra, el cambio de parecer o el repentino retraso del anuncio de su renovación coinciden en el tiempo con informaciones que le sitúan en el Celta de Vigo, donde se da por hecho que el Toto Berizzo dejará al final de la presente temporada el banquillo celeste para asumir el del Sevilla, que a su vez negocia en estos momentos la salida del club de César Sampaoli, probablemente a la selección de Argentina.
sitúan a almeyda en el alavés En consecuencia, y en esta habitual cascada de reacciones, el Alavés también habría movido ficha, consciente de que jugarse la planificación de la próxima temporada a una decisión que, como pronto, llegaría el 28 de mayo no parece lo más aconsejable. En este sentido, según adelantó en este caso Radio Continental, el sustituto de Pellegrino también sería argentino. Se trataría de Matías Almeyda, exjugador de Lazio, Parma y la selección de Argentina, entre otros, y entrenador de River Plate, Banfield y, actualmente, el Club Deportivo Guadalajara mexicano, con el que ya ha ganado dos Copas MX además de situar al equipo en los principales puestos dentro del campeonato doméstico. Mimbres deportivos, a priori, solventes que podrían haber sido testados por el propio Sergio Fernández durante su reciente visita a Argentina para tomar el testigo del Flaco, que en las últimas semanas ha pasado de los famosos “diez minutos” como tiempo necesario para acordar su continuidad en Vitoria al “no hablaré de mi futuro hasta que termine la temporada”. Un cambio de registro demasiado inesperado como para no pensar en estos momentos en la existencia de otra oferta que mejore, y mucho, el planteamiento que el Alavés le habría puesto sobre la mesa a mediados de abril. Porque si en lo personal su satisfacción en la capital alavesa da la sensación de ser buena -a expensas, eso sí, de poder reunir la próxima temporada a toda su familia en Vitoria, algo que ya habría solicitado al club-, solo un aliciente económico o un contrato de mayor duración, al margen de un proyecto de calado, podrían hacerle cambiar de parecer a estas alturas.