Vitoria - De dulce. Pletórico de confianza. Con la moral por las nubes... No podía haber fijado el Glorioso mejor estado de ánimo a estas alturas para encarar con buenas sensaciones el final de su particular pretemporada antes de la gran cita copera del próximo 27 de mayo en el Vicente Calderón. Después del amargo empate cosechado hace uno días en Mendizorroza ante un Eibar que se pasó 64 minutos con un jugador menos, la escuadra albiazul, una vez más, logró reinventarse a sí misma, puso en orden su cabeza y evitó una caída a ese peligroso estado de letargo que es la complacencia no ya solo para lavar la imagen de su traspié ante el cuadro armero sino para lograr de paso su segunda goleada del año a domicilio. Cuatro goles. Cuatro. El mismo número de tantos que le marcó en la jornada 32 al Sporting en El Molinón y donde al igual que ocurrió el pasado domingo, también llevaron la firma de la mal llamada segunda unidad albiazul. Ese grupo de meritorios silenciosos que aún no entrando en los planes de Mauricio Pellegrino de manera habitual a lo largo del curso continúa siendo capaz de dar un paso al frente cuando es preciso. Un batallón en la reserva que acostumbra a no fallar cuando la contienda entra en fase crítica.
En este contexto, y a falta de tres jornadas para la conclusión del campeonato -el Alavés se medirá en Mendizorroza de manera consecutiva al Athletic y al Celta en las jornadas 36 y 37, respectivamente, y cerrará el curso visitando la cancha del Leganés-, el conjunto babazorro encara este último mes de competición en un estado de forma y fondo notables. Un momento de esos que suelen calificarse como de dulce, un estado de ánimo pleno de confianza y optimismo, con el paquete de baterías lo suficientemente cargado como para encarar con garantías el complicado duelo de la final ante el Barça. Una cita donde el grupo, el equipo, para la suerte del Alavés, volverá a estar por encima del individuo, uno de los fundamentos que mayor satisfacción le está reportando este año a Pellegrino. “Juegue quien juegue, el rendimiento del equipo no solo no baja sino que mejora”, vino a decir con algo más de efusividad que de costumbre el argentino a la conclusión del último partido ante los béticos.
un mes sin perder otra vez... Por el contexto en el que ahora mismo se encuentra inmerso el Alavés, la lectura de esos tres puntos conseguidos va más allá del séptimo triunfo a domicilio logrado esta temporada por el equipo, un dato con el que se supera su anterior marca. La victoria confirma las buenas sensaciones del plantel tras el bache del mes de abril, donde encadenó tres derrotas consecutivas ante Real Madrid, Osasuna y Espanyol que definitivamente echaron por tierra el sueño de poder luchar por una plaza europea y sembraron de dudas el vestuario albiazul, ya por entonces centrado en clave copera. Los tres puntos logrados en el Villamarín suponen que, por tercera vez esta temporada, el Alavés encadene cuatro jornadas consecutivas sin perder, lo cual siempre genera un plus de agradecido optimismo. El primer tramo de estas características lo firmó la escuadra alavesa entre las jornadas 1 y 4, donde firmó una victoria ante el Barcelona y tres empates con Atlético de Madrid, Sporting y Deportivo; la segunda vez que encadenó un mes sin perder tuvo lugar entre las jornadas 13 y 16, saldándose el balance con dos victorias y dos empates, mientras que el último y más reciente arrancó el pasado 17 de abril con un triunfo redentor ante el Villarreal (2-1), seguido de dos empates ante el Las Palmas (0-0) y Éibar (0-0) y el pasado y contundente triunfo del domingo ante la escuadra de Víctor Sánchez del Amo (1-4). Tres puntos más a un casillero que como equipo visitante alcanza a estas alturas del año la sorprendente cantidad de 25 puntos -siete triunfos y cuatro empates-, dos más de los que ha conseguido en Mendizorroza. Una suerte de mundo al revés para un equipo recién ascendido a Primera que meses después del inicio del campeonato se ha convertido por derecho propio en la plantilla revelación de la temporada 17/18.
pólvora recuperada Por si fuera poco a falta de tres jornadas para el final de Liga y, sobre todo, a 25 días de la final de Copa ante el Barça, la artillería albiazul parece haber recuperado su pólvora de un plumazo. Tal es así que los goles que Kristicic, Sobrino, Santos y Katai endosaron el domingo al Betis suponen los mismos que el Alavés había sido capaz de marcar en los últimos siete partidos. Un dato tan peligroso como alentador dadas las circunstancias y dados los protagonistas. Porque si bien es cierto que el 9 habitual de Pellegrino en punta, Deyverson Silva, continúa negado de cara a gol, esa dependencia se está viendo suplida, en parte, con la aportación de compañeros como Ibai (7 goles), Edgar (5) o Katai y Santos (3).
De este modo, el Glorioso descansa en estos momentos en una cómoda décima posición con 48 puntos, a solo un par de la novena plaza -la ocupa el Espanyol- que amenaza con asaltar en los próximos envites ligueros. “Queremos terminar lo más arriba posible”, se habría conjurado el vestuario albiazul. El más inmediato llegará este domingo al mediodía. En su segundo derbi consecutivo, el Alavés recibirá a un Athletic encaramado ya a Europa que sueña con escalar un peldaño más hasta la Champions, lo que representaría la guinda a una fantástica temporada.