Expulsó con roja directa a Asier Riesgo en el minuto 26. Amonestó a Rivera (minuto 22), Kike García (minuto 23), Manu García (minuto 41), Feddal (minuto 45+), Theo (minuto 72) y Ely (minuto 87).
Vitoria - No son muchos los partidos malos que se le pueden contabilizar al Deportivo Alavés en lo que va de temporada. Mucho menos en Mendizorroza. Y nunca antes en las condiciones que se vivieron ayer en el derbi contra el Eibar, en el que jugó en superioridad numérica durante prácticamente una hora tras la expulsión del guardameta armero, Asier Riesgo. De nada le sirvió esa situación de ventaja que se quedó solo en la teoría. Los albiazules se perdieron ante el buen trabajo de contención de los armeros y se mostraron incapaces de hacer casi nada positivo con el balón. Sobraron dedos de la mano para contar las ocasiones de gol y marcar se convirtió en una tarea imposible que condujo a una creciente sensación de frustración. El Glorioso se metió de lleno en un atasco y su impotencia y su falta de recursos más allá de los centros laterales le hicieron naufragar y quedarse sin la victoria.
Había avanzado Pellegrino que en esta ocasión, y tras disponer de bastante tiempo de recuperación tras el encuentro en Las Palmas, iba a apostar mayoritariamente por la continuidad en el once y el argentino apenas realizó dos rotaciones. Ely cubrió de nuevo el hueco del lesionado Laguardia en el eje de la zaga, mientras que Edgar recobró la titularidad en la banda derecha en detrimento de Toquero. Los otros nueve, los habituales en esa alineación base del preparador de Leones.
Nació el derbi abierto, con los centrocampistas desaparecidos y el balón viajando a toda velocidad desde un área a la otra. Los albiazules, volcándose por las bandas en su juego tradicional. Los armeros, buscando la doble referencia en punta de Enrich y Kike García y también forzando peligrosas acciones a balón parado. Mucho ir y venir, pero también sensación de tanteo, de probar las debilidades del rival sin llegar a conectar un buen golpe.
Las situaciones de riesgo tenían como protagonista al portador de dicho apellido. El guardameta del Eibar, que regresaba a la titularidad, se enredó con el balón y el destello del sol en un par de ocasiones en las que Deyverson a punto estuvo de robarle la cartera. Todo un peligro para los intereses de su equipo. Camarasa disfrutó de una de esas ocasiones que parece imposible fallar, pero tras dejarle Deyverson solo ante el cancerbero no fue capaz de superar a Riesgo en su salida. Un rayo de luz para el guardameta justo antes de la más absoluta oscuridad, ya que apenas instantes después era expulsado por una mano absurda en otra salida inexplicable en una acción en la que no se entendió con Lejeune. Ya con Yoel bajo palos -por ese lado, la roja era casi una ventaja-, Ibai Gómez mandaba la falta al larguero.
Pese a esa expulsión, ni el Eibar se descompuso ni el Alavés fue capaz de dar ese paso adelante que exigía la situación. Los armeros no estaban incómodos y, encima, se habían quitado de encima de manera involuntaria su principal fuente de riesgo. Los albiazules, por el contrario, no fueron capaces de dominar el esférico en esos compases siguientes. Solo había que ver los gestos y gritos de Pellegrino desde el área técnica para darse cuenta de que al entrenador no le agradaba nada lo que estaba viendo de su equipo en el final de la primera parte. En esos veinte minutos en superioridad, ni una sola acción de peligro, por lo que las tablas seguían presidiendo el marcador al descanso después de que en el descuento Pacheco salvase un disparo de falta de Lejeune.
muy poca cosa Cabía esperar que El Glorioso pisase el acelerador en el arranque del segundo acto. Nada más lejos de la realidad, ya que quien se fue a por el partido fue el Eibar. Quien desconociese la situación del partido y le dijesen que un equipo estaba con un jugador menos, hubiese afirmado rotundamente que era el conjunto vitoriano el que había sufrido la expulsión. Ver para creer.
Tras diez minutos de sufrimiento con Pacheco interviniendo salvador de nuevo, el Alavés se hizo con la posesión definitivamente. Camarasa cabeceó alto justo antes de un cambio claramente ofensivo con la entrada de Romero por Manu García, lo que suponía que el campo se volcase ya de un solo lado. Como si no, ya que entre la defensa del Eibar y la impericia propia el atasco en la frontal del área era descomunal. Los pocos centros buenos no encontraron remates precisos y Lejeune acabó salvando bajo palos la más clara ocasión, en botas de un Deyverson incapaz de resolver el atasco.
El guardameta extremeño dejó dos maravillosas intervenciones a disparos lejanos de Lejeune en una falta y Dani García para dejar imbatida la portería alavesista.
Sin mordiente. El Alavés protagonizó uno de sus peores encuentros de la temporada en Mendizorroza y fue incapaz de aprovechar su superioridad numérica durante más de una hora. Sin chispa alguna en ataque, sin opciones casi de gol y, encima, fallando sus pocas buenas oportunidades, el cuadro albiazul se fue del derbi con la sensación de que en la ofensiva le faltan muchos recursos.
Regresó a la titularidad, pero su participación no aportó casi nada positivo al equipo. Mal en la toma de decisiones, impreciso en los centros, echó fuera una de las pocas ocasiones.
Expulsión dañina. Asier Riesgo con sus errores había propiciado varias ocasiones de peligro a favor del cuadro vitoriano, pero la expulsión del guardameta armero produjo una mejoría en su equipo. Yoel dio seguridad a los suyos, el Eibar defendió con mucho orden y el Alavés fue incapaz de aprovecharse de su situación de superioridad numérica.
Colmillo romo. El equipo de Pellegrino evidenció ayer como nunca antes sus gravísimas carencias ofensivas. Más allá del despliegue por las bandas y los centros desde los costados, su fútbol es absolutamente plano. Por el centro no entra casi nunca y tampoco cuenta con individualidades que sean desequilibrantes.