El Deportivo Alavés evidenció ayer de nuevo que cuando pisa el acelerador se convierte en un equipo temible. Si en la primera parte se dedicó a cerrar espacios y amenazar solo saliendo a la contra para acabar gravemente penalizado por un fallo de marcaje de Feddal que propició el gol de Prince, en la segunda El Glorioso avasalló a un Las Palmas que se vio superado por el empuje albiazul y por sus propios nervios. Increíbles lo de los amarillos, que por momentos parecieron benjamines con el balón en los pies. Desafortunadamente, en ese tramo de enorme dominio al conjunto alavesista le faltó el acierto en las muchas ocasiones de que dispuso para conseguir algo más que el empate que puso en el marcador Ibai Gómez. Las ocasiones se sucedieron sin solución de continuidad, pero, de nuevo, falló la definición para sumar tres nuevos y merecidos puntos.
Tras unas cuantas jornadas de rotaciones, ya fuese por obligación o por decisión técnica, recuperó Pellegrino el once de gala con la entrada de Feddal por Ely con respecto al último encuentro. La alineación más reconocible y la que ha protagonizado los mejores momentos del curso, ya que en sus seis presencias anteriores no había conocido la derrota. Sumaba tres victorias y otros tantos empates y fue la protagonista de la clasificación para la final copera ya que se repitió en los dos duelos con el Celta. Desgraciadamente, la idea apenas duró diez minutos por culpa de la lesión de Laguardia que le dio una nueva oportunidad al central brasileño. Pese a ese cambio obligado, se pudo mantener la imbatibilidad de ese equipo de base.
demasiado premio Como suele ser su costumbre, se dedicó el Las Palmas a amasar el balón desde el pitido inicial y un activo Jesé se echó al cuadro amarillo a sus espaldas, insistiendo a la hora de buscar la portería en cuanto se le presentaba la ocasión. Delante, un cuadro vitoriano ordenado, buscando cerrar los espacios y el desplazamiento en largo para romper las líneas y tratar de sacar partido de su velocidad y su poderío en las segundas jugadas.
Cuando ya había encontrado el equilibrio, la lesión de Laguardia le supuso un pequeño traspié al cuadro alavesista. La seguridad que aporta el maño se echó en falta cuando se tuvo que ir cumplidos los diez minutos, aunque El Glorioso no tardó en recuperarse y poco a poco le fue comiendo terreno a un equipo local que parecía estar en su versión de visitante, completamente carente de alma y tensión. Así, los visitantes comenzaban a acumular llegadas peligrosas partiendo del habitual despliegue por las bandas. Así, Ibai Gómez probó los reflejos de Lizoain con una falta directa envenenada buscando la escuadra.
En el tramo final del primer acto, el partido se metió en la espesura. Como si el calor hiciese mella, el juego cayó en una fase de galvana absoluta. Malas decisiones, pases errados, aproximaciones que no se concretaban en nada... Para el espectador neutral, puro aburrimiento. Y cuando todo parecía abocado al empate al descanso, un grave fallo de Feddal en el marcaje a Prince dejó solo al punta ante Pacheco, al que superó con una vaselina para adelantar a los canarios en el minuto 44.
fulminante reacción Dio un paso adelante el Alavés en el inicio del segundo acto y con su subida de intensidad comenzó a forzar errores graves del cuadro insular. La presencia albiazul en área visitante se convirtió en una constante y la polémica se desató con un fuera de juego castigado a Camarasa cuando encaraba a Lizoain tras haber rechazado Bigas el balón. Eso sí, pocos minutos después las protestas cambiaban de bando con un disparo de Ibai con Deyverson en fuera de juego pero sin llegar a tocar el disparo, que se coló en la portería canaria en el 61.
Tras un susto similar al que en la primera parte acabó con el gol de Prince, fue el equipo de Pellegrino el que fue acumulando ocasiones claras, muchas de ellas propiciadas por los errores de un Las Palmas completamente desquiciado y que regaló balones a espuertas en zonas enormemente comprometidas. El Alavés se metió de lleno en el área amarilla, acumuló ocasiones sin parar y solo su falta de acierto en la definición le impidió llevarse una nueva victoria a domicilio.
De menos a más. El técnico planteó contener la ofensiva del Las Palmas en la primera parte para luego ir en la segunda a por la victoria, pero un fallo de Feddal en el final del primer acto echó por tierra esa buena labor inicial. La reacción tras el descanso fue espectacular y su equipo pasó por encima de un Las Palmas desquiciado y timorato, pero la catarata de ocasiones solo sirvió para lograr un gol.
El bilbaíno volvió a marcar haciendo gala de su sensacional pegada y se mostró tremendamente activo durante los noventa minutos comandando el ataque alavesista.
Echó de menos la compañía de Laguardia, que es un futbolista rápido que muchas veces tapa sus carencias. Falló en un par de ocasiones y una de ellas acabó en el gol de Prince.
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1-0, minuto 44: Prince. Balón a la espalda de Feddal, que comete un fallo grave y habilita a Prince, que marca con vaselina por encima de un Pacheco al que no le sirve con tocar el esférico.
1-1, minuto 61: Ibai Gómez. Disparo del bilbaíno, Deyverson en fuera de juego no llega a tocar el balón y el esférico se cuela en la portería de Lizoain tras pegar en el palo.
Expulsó por roja directa a Livaja (minuto 87). Amonestó a Mesa (minuto 22), Deyverson (minuto 56), Míchel (minuto 73), David García (minuto 76) y Montoro (minuto 93).
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