Mauricio Pellegrino afirmaba en la previa del partido contra el Real Madrid que a estas alturas de temporada no se puede sorprender a nadie, pero el técnico alavesista volvió a sacarse unos cuantos conejos de la chistera que eran completamente inesperados. Soluciones sorpresivas y sorprendentes las del preparador argentino, que tras muchas semanas recuperó de nuevo el sistema de cinco defensas. Aunque, sin duda, la decisión más llamativa fue la apuesta por Víctor Camarasa como relevo de Marcos Llorente en el mediocentro.

Pellegrino apostó durante todo el partido por una línea de cinco defensas, aunque con conceptos bien diferentes en la primera parte, con todos muy replegados, y en una segunda en la que los laterales se convirtieron prácticamente en extremos. La baja de última hora de un indispuesto Kiko Femenía y la ya conocida anteriormente por lesión de Carlos Vigaray condujo al preparador alavesista a apostar por Gaizka Toquero como lateral. El vitoriano, con sufrimiento al principio, se creció con los minutos y fue de los mejores luego.

Más llamativa fue la presencia en el eje de la zaga de un Rodrigo Ely que ha ido ganando posiciones en los planes de su entrenador con el paso de las semanas. En otras ocasiones, dentro del sistema de tres centrales habían sido Alexis o Raúl García los elegidos para completar la zaga, pero en esta ocasión El Flaco apostó por el brasileño.

Eso sí, para novedad destacada la presencia de Camarasa en una posición más retrasada de la que acostumbra habitualmente. La ausencia de Marcos Llorente, y también la del lesionado Nenad Krsticic, hacía indicar que iba a ser Dani Torres, su relevo natural, el elegido para cubrir ese hueco, pero Pellegrino optó por el valenciano. Camarasa estuvo muy participativo, aunque cometió varios errores al no ser capaz de sacar el balón con limpieza. En todo caso, evidenció que es una posición que también maneja a la perfección y en la que puede convertirse en una solución muy válida de cara a futuro, sobre todo si se busca compatibilizar también su presencia más retrasada con la de un mediapunta de mayor perfil ofensivo.

Quien queda en una situación aún más comprometida con esta decisión es un Torres que se quedó sin jugar cuando todo hacía indicar que iba a hacerlo y que lleva unas semanas para olvidar.