Vitoria - El Deportivo Alavés regresa a la competición liguera con la tranquilidad de haber alcanzado ya el aprobado pero, al mismo tiempo, con la ambición de quien sabe que todavía opta a la matrícula de honor. Asegurada ya la permanencia en Primera División para la próxima temporada, El Glorioso se puede permitir ahora el lujo de soñar con Europa en el esprint final de una campaña a la que le quedan diez partidos y el epílogo de la final copera. No deja de ser un deseo que se comparte con la almohada, pero este equipo se ha ganado con creces la confianza que su afición le deposita semana tras semana. Le sabe capaz de las mayores gestas porque ya ha protagonizado alguna esta temporada. Y, de nuevo, esta tarde pretende vestirse con el disfraz de superhéroe para tomar al asalto el hasta ahora inexpugnable feudo de un Real Madrid que sabe de sobra que no puede fiarse ni un pelo de este Alavés acostumbrado a derribar a todos los gigantes que salen a su paso.
Mauricio Pellegrino y sus pupilos quieren seguir creciendo y reafirmarse como una de las grandes sorpresas de la temporada en Primera. Y no hay mejor escenario posible que el Santiago Bernabéu para sentar los reales. El único estadio de la categoría que se mantiene invicto y en el que los hombres de Zinedine Zidane solo han cedido tres empates en la competición liguera. Todo un reto para un conjunto albiazul que se ha especializado en dinamitar las más grandes plazas y que se ha convertido de esta manera en pesadilla de los poderosos. Un ladrón de puntos en toda regla que ha tenido una incidencia clara en la zona noble de la clasificación.
Precisamente, a esos puestos de privilegio, y más concretamente al séptimo, sigue aspirando el conjunto vitoriano. La doble vía de acceder a la Liga Europa se mantiene abierta a través de las dos competiciones en las que este club sigue vivo y sumar esta tarde, qué decir si fueran los tres puntos, no haría más que incrementar esas opciones de alcanzar el billete para viajar por el Viejo Continente a través del torneo de la regularidad. Una empresa de calado mayor, pero este equipo se ha ganado el derecho de soñar.
Acostumbra a repetir Pellegrino que este Alavés precisa rozar la perfección para tener opciones de ganar. Una máxima que esta tarde debe elevarse a la máxima expresión. En el Bernabéu, la excelencia casi nunca es suficiente para el visitante. La gama de recursos que maneja el Real Madrid es de una magnitud que impresiona. Una pegada poderosa, una contra letal y una capacidad en el juego de estrategia sobrecogedora. Seguramente, el equipo con la más variada capacidad ofensiva, con querencia a inventarse goles de la nada.
Con ese panorama, seguridad y efectividad son los dos factores clave. El más mínimo error se puede ver penalizado al máximo por un rival que nunca perdona nada, pero que, al mismo tiempo, siempre concede ocasiones. De esa aparente incapacidad para mantener la concentración durante todos los tramos de un partido de este tipo tiene que saber aprovecharse un Glorioso tan obligado a acertar en sus ocasiones como a evitar concesiones innecesarias. Bastante poderoso es ya el equipo de Zinedine Zidane como para ir haciéndole regalos.
Con respecto al once de gala, la única ausencia será la de un Marcos Llorente al que el Real Madrid le impide jugar. Una baja muy sensible en los planes albiazules, ya que el mediocentro es pieza clave en el esquema de Pellegrino, que optará de nuevo por Torres como sustituto al no manejar más alternativas por la ausencia del lesionado Krsticic. Con sus armas habituales, El Glorioso tratará de seguir derribando gigantes en su camino hacia un sueño.