Gijón - El Deportivo Alavés demostró ayer que es un equipo de hombres y no de nombres. Con un equipo formado por los menos habituales en la competición liguera, El Glorioso evidenció que el estilo no es cuestión de unos u otros jugadores, sino que se encuentra muy interiorizado dentro del vestuario. La idea de Mauricio Pellegrino ha calado hondo y en un partido en el que había muchísimo en juego, los futbolistas que menos minutos han tenido demostraron que están de sobra capacitados para mantener el nivel. Hasta dejar sentenciado el choque con el Sporting con un 0-3, el Alavés estuvo soberbio defensivamente y ejecutó a la perfección en ataque con una puntería inusitada. El 2-4 final afea un tanto lo que fue el partido, pero, a fin de cuentas, se suman tres puntos que dejar el objetivo de la permanencia prácticamente encarrilado.
De los que se intuyen como titulares ante el Celta, solo salieron de inicio Pacheco y Feddal. Sin ninguna duda, un equipo inicial muy distinto al habitual, pero también con kilómetros de rodaje recientes en las piernas gracias al torneo copero, donde todos ellos han sido habituales. Por ello, no se podía decir que llegasen fuera de forma o que llevasen demasiado tiempo sin sentir las sensaciones de un partido oficial. Además, se trataba de jugadores acostumbrados a estar juntos sobre el césped, así que por ahí la desventaja teórica no era tanta.
Comenzó el partido muy abierto, con los dos equipos tratando de sacar partido de los espacios que dejaba el rival. Con El Molinón encendido por el estado de enorme necesidad de su equipo, el Sporting trató de achuchar desde el primer minuto. Pero el cuadro vitoriano no se echó atrás y respondió con salidas que inquietaron a Cuéllar, que tenía a sus compañeros excesivamente lejos.
Esa situación la leyó a la perfección un Glorioso que a los diez minutos tiró de manual para interpretar el contragolpe. Recuperación, pases rápidos y pegada. La jugada que firmaron entre el primer pase de Krsticic, la continuación de Katai buscando el espacio y la resolución de Sobrino es para enseñar repetida en las escuelas. La perfección absoluta para poner el 0-1. Una renta que casi amplía Edgar apenas unos segundos después en un nuevo contragolpe que acabó salvando Cuéllar.
Con la ventaja en el marcador, el cuadro de Pellegrino se apostó de nuevo cual cazador a la espera de su presa. Bien agazapado, rompiendo en ritmo del juego sportinguista a base de faltas tácticas y esperando una nueva oportunidad a través de la recuperación y la salida rápida buscando desplazamientos en largo y diagonales a las bandas.
Los nervios consumían al cuadro local, con múltiples errores y una defensa que fallaba estrepitosamente cada vez que se veía amenazada. Con el puñal firmemente sujetado en la mano, al Alavés solo le quedaba ejecutar el golpe de gracia, aunque no pudo hacerlo antes de que el duelo se fuese al descanso.
No le quedaba otra al Sporting que arriesgar, pero con su ánimo incendiario lo único que consiguió fue quemarse. Una nueva contra por la banda diestra, internada de Vigaray y claro derribo de Meré en el área. Santos constató que es un especialista desde los once metros, poniendo de nuevo, como en Pamplona, el balón en la escuadra.
Solo faltaba ver de qué calibre era la goleada, ya que el cuadro local estaba por completo descompuesto. Así, tras apenas unos segundos en el verde, Deyverson recibía un codazo de Amorebieta en el área. Nuevo penalti claro, en esta ocasión ejecutado por Edgar. El gigantesco Traoré recortaba diferencias en un despiste de la zaga albiazul, pero aún tuvo Romero tiempo de sacar su clase a relucir y ponerle un nuevo gol en la cabeza a Alexis. Dentro de ese final de locura y desorden, Castro pondría el 2-4. Un marcador afeado que no hace justicia a la gran diferencia, pero tres puntos a fin de cuentas que sitúan la permanencia a solo un paso.
Soberbio. El Alavés no difirió en nada a lo que viene siendo habitual en sus partidos a pesar de recurrir ayer a sus jugadores menos habituales. El trabajo defensivo fue muy serio y se interpretó a la perfección el juego al contragolpe para aprovechar los graves fallos del Sporting. A pesar de fallar varias ocasiones claras, los albiazules marcaron cuatro goles y solo los dos tantos locales con el partido resuelto afearon un poco la exhibición.
El serbio firmó su mejor actuación desde que está en Vitoria, aprovechando a la perfección los espacios que concedió la zaga local. Brillante en la ejecución del último pase.
Marcó su tercer tanto en Liga de penalti, pero volvió a mostrarse excesivamente errático de cara a la portería rival en muchas situaciones de ventaja que no supo aprovechar.
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0-1, minuto 10: Sobrino. Maravilloso contragolpe lanzado por Krsticic, Katai mete al espacio a Sobrino y el de Ciudad Real resuelve a la perfección..
0-2, minuto 58: Santos, de penalti Claro derribo de Meré a Vigaray y el venezolano ejecuta desde los once metros a la escuadra izquierda. 0-3, minuto 70: Edgar, de penalti. Codazo de Amorebieta a Deyverson en el área y el tinerfeño marca de disparo raso y al centro. 1-3, minuto 84: Traoré. Centro de Cases que recibe Traoré solo y encuentra la portería pese a rematar mal. 1-4, minuto 85: Alexis. Buen desborde de Romero por la derecha y su centro lo cabecea Alexis a placer. 2-4, minuto 90: Castro. Pérdida de Torres que aprovecha Castro a la perfección para marcar.
Amonestó a Katai (minuto 20), Krsticic (minuto 23), Vesga (minuto 39), Afif (minuto 44), Santos (minuto 45+), Amorebieta (minuto 68), Cuéllar (minuto 69), Carmona (minuto 71), Cases (minuto 75) y Traoré (minuto 75).
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