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1-0, minuto 58: Deyverson. Rápido contragolpe, Llorente abre a Toquero, el vitoriano mete en profundidad al brasileño, que remata con la izquierda de primeras.
X-X, minuto x: X. M.
Amonestó a Deyverson (minuto 18), Camarasa (minuto 35), Llorente (minuto 53), Ceballos (minuto 55), Theo (minuto 55), Pacheco (minuto 73) y Raúl García (minuto 93).
Vitoria - Decía Mauricio Pellegrino en la previa del jueves que la insistencia acaba teniendo siempre premio y su Deportivo Alavés encontró ayer el tesoro que llevaba ya casi tres meses buscando en Mendizorroza. Ganó El Glorioso al Betis casi por cabezonería, ya que fue el único de los dos contendientes que se hizo acreedor por sus méritos a los tres importantes juegos que se ponían en juego en el cierre del año en la competición liguera. Con unas armas que siguen pareciendo limitadas, al menos los albiazules fueron efectivos en una de las pocas ocasiones en las que el autobús verdiblanco estaba mal estacionado. La exquisitez en el pase de Toquero la convirtió en gol Deyverson para catapultar al cuadro vitoriano hacia la tranquilidad.
Como cabía esperar, planteó Pellegrino su decimosexta alineación diferente del curso. Eso sí, con notables sorpresas con respecto a lo que se podía prever, como que Laguardia, Manu García y Toquero se mantuvieran en el equipo titular en puestos antes destinados a Alexis, Torres y Edgar. Con el regreso al 4-2-3-1, también volvieron a la titularidad Ibai Gómez y Deyverson.
Con esos mimbres y ante un equipo centrado casi exclusivamente en defender y cerrar espacios, repitió el equipo la idea de presionar desde los primeros metros para buscar la recuperación y el contragolpe abriendo rápido hacia las bandas para devolver de allí hacía el área. Alternando entre Toquero e Ibai Gómez, los centros desde los costados obligaron a Adán a estar con las orejas tiesas desde el comienzo.
El paso de los minutos propició que los albiazules perdiesen alegría en las piernas y fluidez en sus salidas. Se enredó el juego y comenzó un nuevo capítulo de las aventuras y desventuras de Deyverson. Por si no estaba claro, Iglesias Villanueva evidenció ayer que los colegiados le tienen cogida de sobra la matrícula al brasileño. Los defensores béticos le obstaculizaban con los brazos, el delantero comenzaba a gesticular y bracear en sus protestas y el árbitro tenía la excusa perfecta para endosarle la amarilla a las primeras de cambio, con lo de rémora que ello supone en un jugador de enorme peligro para su propio equipo con la mezcla de su carácter gaseoso y esa amonestación. Eso sí, durante ese tramo quien parecía arbitrar era Ceballos, todo el rato encima del colegiado gallego indicándole lo que tenía que castigar.
En la recta final del primer acto, con un Betis solo inquietando a balón parado, de nuevo el Alavés pisó el acelerador a lomos de un Toquero insistente en sus internadas por la derecha, aunque errático en los servicios. Desde el otro flanco, fue Ibai quien tuvo la mejor ocasión con uno de esos golpeos secos con su diestra, pero Adán estaba bien colocado para atajar poco antes de ver marcharse fuera una volea de Deyverson con la que se cerró la primera parte, no sin antes de que Ceballos de nuevo se desgañitase protestando, en esta ocasión un supuesto penalti.
pacheco y la precisión En apenas un par de minutos de la reanudación ya pusieron los béticos en su balanza ofensiva mucho más que en toda la primera parte. Tuvo que aparecer el siempre salvador Pacheco para taparle un mano a mano a Castro en un pase de Donk entre Feddal y Theo.
En el toma y daca, el duelo se fue calentando. Sobre todo porque los albiazules se hartaron definitivamente del constante teatro de Ceballos, que cuando no estaba tirado en el césped le estaba protestando a un colegiado condescendiente con el visitante y severo con el local.
Ese barullo abrió el partido. Y ahí el Alavés ejerció de pescador en río revuelto. En una contra de manual, la rápida apertura de Llorente hacia Toquero dio paso a un servicio milimétrico del vitoriano al desmarque de un Deyverson que definió a la perfección al primer toque sin que Adán viese siquiera por dónde le llegaba el gol a los 58 minutos.
Con el Betis dando un obligado paso adelante, aunque con el único peligro a balón parado, recurrió Pellegrino de nuevo al dibujo de tres centrales dando entrada a Raúl García para cimentar la zona central ante la previsible quema de naves de los verdiblancos en el tramo final.
Finalmente no hubo tal reacción y la incertidumbre y el nerviosismo se mantuvieron más por lo apretado del marcador que por las intentonas de un visitante que en sus pocas aproximaciones se topó con San Fernando. Supo manejar El Glorioso esos minutos finales con seriedad y solvencia, aunque erró en una sentencia que no fue necesaria para acabar firmando una victoria que anticipa unas felices navidades.
La asistencia en el gol de Deyverson es digna de guardarse en las videotecas. Insistente, activo, peleón, aunque hasta ese momento desacertado en el pase definitivo. Todo un seguro.
Lleva unas cuantas jornadas un tanto apagado y ayer por su zona llegaron los pocos problemas que hubo. Una arrancada peligrosa y poca presencia más en labores ofensivas.
Muy superior. En el único aspecto en el que el Alavés no plasmó su superioridad sobre el Betis fue en un marcador excesivamente ajustado para los méritos de unos y otros ayer en Mendizorroza. Buscó el ataque con ahínco, aunque con escaso acierto en sus centros hasta que Toquero se sacó de la chistera un pase milimétrico que embocó Deyverson. Un gol suficiente con la solvencia habitual atrás.
Insistencia. El Alavés fue muy superior a un Betis que salió a empatar y que ni siquiera fue capaz de variar el guión con desventaja en el marcador. Los albiazules tuvieron mñas y mejores oportunidades y aprovecharon a la perfección uno de los pocos resquicios defensivos del rival para llevarse el triunfo.
Cómodo colchón. Tras su segunda victoria de la temporada en Mendizorroza, el cuadro vitoriano encara las vacaciones en la zona media de la clasificación con 21 puntos y nueve de ventaja con los puestos de descenso.