Vitoria - El Deportivo Alavés alcanza el cierre del año competitivo en el torneo de la regularidad con la necesidad de quitarse de encima el sambenito que arrastra como local y que evidencia que solo ha sido capaz de ganar un partido en Mendizorroza en lo que va de temporada. Lejana queda ya esa sesión nocturna de lunes que concluyó con contundente victoria contra el Granada, la única que se ha celebrado hasta la fecha en el estadio del Paseo de Cervantes, ya que el resto del balance se completa con cuatro empates y dos derrotas. Casi tres meses sin que un partido concluya con celebración en casa, una mala racha que el equipo de Mauricio Pellegrino tratará de atajar en su estreno en la noche de los viernes.
El cuadro albiazul está ofreciendo unas buenas sensaciones en su andadura en la máxima categoría, pero tiene la obligación de quitarse la espina de sus problemas como local. De lo contrario, la bola de nieve seguirá creciendo y las dudas acerca del rendimiento del equipo en casa se incrementarán durante el período vacacional. Y es que, sobre todo en la segunda vuelta, todavía quedan por pasar por Vitoria casi todos los equipos que ocupan la zona noble de la clasificación y puntuar resultará a priori bastante más complicado -aunque de dar sorpresas este Glorioso entiende un rato bien largo- que en una primera vuelta en la que se ha fallado ante casi todos los rivales directos.
El Betis es uno más de esa lista. No en vano, los verdiblancos marchan igualados a puntos con los albiazules. Por eso, conseguir la victoria supondría más que un solo triunfo. Se alcanzarían los 21 puntos, lo que supondría haber recorrido ya la mitad del camino hacia los 42 que teóricamente aseguran la permanencia. Y, además, permitiría que el período vacacional se alcanzase con nueve puntos de diferencia con respecto a los puestos de descenso.
El Alavés está necesitado de ganar otra vez en casa, pero para ello está obligado a cambiar el guión de unos partidos precedentes en los que ha estado lejos de merecer el triunfo. Este equipo tan cómodo como visitante exhibe todas sus dudas cuando actúa como local. Difícil de explicar, pero real como la vida misma. Ahí están los números para refrendar la necesidad de esa variación en los planes habituales.
Ese cambio podría venir marcado por el enésimo cambio en una alineación en la que hay jugadores que entran y salen sin solución de continuidad. El problema para Pellegrino es que parece que todas las soluciones le funcionan a domicilio, de la misma manera que no acaba de encontrar la tecla adecuada para los compromisos como local. A pesar de haber tenido encuentros en los que ha dominado claramente a sus rivales, la escasez de pegada de los albiazules ha sido su principal obstáculo para sumar muchos más puntos en casa.
Habrá que ver si el argentino mantiene a los que son sus jugadores habituales o si en este caso opta por una nueva vuelta de tuerca para dar un mayor acompañamiento en punta de ataque a un Deyverson que por lo general se ha encontrado muy solo en sus labores.