vitoria - Los entrenadores están acostumbrados a ser considerados el eslabón más débil cuando se produce una crisis deportiva y ser la pieza sacrificada por los dirigentes en busca de una reacción. Sin embargo, en la mayoría de los casos, este cambio no se produce y todo se queda en un simple intercambio de piezas que no aporta mayores soluciones. No obstante, hay ocasiones en las que sí se logra el efecto deseado y la llegada de un nuevo técnico ejerce de revulsivo. Así parece haber ocurrido en el Betis, próximo rival del Alavés, que ha cambiado de cara por completo desde que Víctor Sánchez del Amo supliera a Gustavo Poyet.

De este modo, la escuadra verdiblanca ha sumado siete puntos de doce posibles -además de una victoria (1-0 sobre el Deportivo) en la Copa del Rey- en los cuatro partidos ligueros que ha disputado bajo su batuta.

El madrileño se estrenó el pasado 18 de noviembre en el Benito Villamarín ante el Las Palmas con una victoria por 2-0, tras lo que su trayectoria ha estado jalonada por una derrota en Eibar (3-1), un empate ante el Celta (3-3) y una victoria frente al Athletic de Bilbao en casa (1-0).

Por tanto, el balance del entrenador bético es de tres victorias, un empate y una única derrota en los cinco partidos que ha estado al frente del conjunto de Heliópolis, en los que ha intentado consolidar la parcela defensiva para rentabilizar la eficacia goleadora de sus delanteros Rubén Castro y Tonny Sanabria.

Como consecuencia de esta notable evolución, el combinado andaluz se encuentra en estos momentos clasificado en decimocuarta posición con dieciocho puntos, los mismo que el Deportivo Alavés. Acostumbrado a estar durante buena parte del curso en zona de descenso o muy próximo a ella, su situación actual supone una gran tranquilidad para poder pensar en objetivos más ambiciosos. - T.S./Efe