vitoria - Está claro que para poder celebrar una victoria es imprescindible anotar al menos un gol más que el rival. Se trata de una máxima sin discusión en el mundo del fútbol. Pero existen multitud de caminos para llegar hasta ese ansiado destino. Desde los que abogan por buscar sin desmayo la portería contraria aunque pueda llevar a correr más riesgos de los debidos a quienes llegan incluso a no estar satisfechos con el triunfo si ello implica haber recibido algún tanto. Entre ambas posiciones, blanca y negra, surge una casi infinita gama de grises que es la que sin duda aporta gran parte de su atractivo al deporte rey. Por lo que respecta al Deportivo Alavés de este curso, resulta bastante evidente que su filosofía tiene mucho más que ver con la segunda opción que con la primera. Y en las últimas semanas la está aplicando con gran acierto.

De este modo, una de las claves fundamentales de los buenos resultados que está logrando el plantel de Mauricio Pellegrino es su excelente trabajo defensivo, lo que le ha llevado a firmar unos registros en esta parcela al alcance únicamente de unos pocos. En las cinco últimas comparecencias del conjunto vitoriano -seis si se tiene en cuenta además el encuentro de ida de la eliminatoria de la Copa del Rey ante el Nàstic de Tarragona- solo ha recibido dos goles en contra. Es decir, un tanto cada 225 minutos de Liga (270 en total).

Es precisamente apoyándose en esos sólidos cimientos sobre los que está construyendo El Glorioso su particular pasarela hasta la permanencia. Cuando los adversarios no pueden perforar la portería propia está asegurado, como mínimo, el punto que otorga el empate inicial y ese es el objetivo mínimo que se marca el combinado de Mauricio Pellegrino. Gracias a ello se encuentra inmerso en estos momentos en su segunda mejor racha del ejercicio, que puede pasar a ser la más brillante si el viernes es capaz de cerrar el año 2016 con una victoria sobre el Betis.

El ciclo positivo arrancó con la brillante victoria conquistada en El Madrigal ante el hasta entonces invicto en su feudo Villarreal (0-2). Una semana después la escuadra albiazul sumó un punto en Mendizorroza (1-1) ante el Las Palmas y el domingo hizo lo propio en Ipurua contra el Eibar (0-0). Como resultado, tres jornadas sin conocer la derrota y cinco puntos de nueve posibles en el zurrón.

Únicamente en el arranque de la temporada fue capaz el conjunto vitoriano de firmar mejores números. Entonces, se mantuvo durante los cuatro primeros compromisos invicto y cosechó la mitad del botín que se puso en liza (empates ante Atlético de Madrid y Sporting, triunfo sobre el Barcelona y nueva igualada contra el Deportivo). Así pues, si el viernes el Alavés supera la reválida de Mendizorroza -una de sus grandes asignaturas pendientes hasta la fecha puesto que solo ha logrado una victoria en su propio feudo- y conquista esos tres valiosos puntos, habrá puesto la rúbrica perfecta a un 2016 que será sin duda inolvidable.

Equilibrio difícil En esta última racha positiva tiene evidentemente mucho que ver el excelente trabajo defensivo que está llevando a cabo el equipo. La labor del colectivo en este aspecto está consiguiendo minimizar al máximo las ocasiones de peligro de los adversarios y, cuando logran superar las líneas defensivas albiazules, aparece la figura de un destacado Fernando Pacheco para desbaratar la mayoría de ellas. Y es que el guardameta extremeño es uno de los grandes protagonistas del plantel de Mendizorroza acumulando actuaciones positivas.

Como suele suceder, cuando un equipo destaca en un apartado tiene más problemas en otros y eso le ocurre también al Deportivo Alavés, que no termina de encontrar el equilibrio entre su rendimiento defensivo y el ofensivo. Como consecuencia, se encuentra con problemas para generar ocasiones y sufre mucho en los partidos en los que no tiene una efectividad elevada.