Vitoria - El Deportivo Alavés tenía muy clara su idea en el arranque del partido e interpretó a la perfección un guión que le llevó a ponerse por delante en el marcador en apenas cuatro minutos de juego. Desequilibrar la balanza a las primeras de cambio, la situación deseada por cualquier equipo. Todo lo contrario en el caso de este Glorioso. Lejos de reafirmarse, el cuadro albiazul se fue descomponiendo con el correr del cronómetro. La idea inicial de agresividad ofensiva se perdió por completo y el equipo se fue hundiendo inexorablemente en el fango ante un rival que aprovechó la tesitura para dominar el duelo por completo, empatar y acabar mereciendo la victoria mucho más que un Alavés que durante prácticamente hora y media fue muy poco sobre el césped.

El conjunto de Mauricio Pellegrino firmó un inicio de partido magistral. Encerró al Las Palmas en su área, forzó tres saques de esquina consecutivos -ya no dispondría de ninguno más en todo el partido- y acabó encontrando la portería de Javi Varas con un centro lateral de Theo que remató a la perfección un Alexis que estaba en posición avanzada después del citado encadenado de acciones de estrategia. Lo que todo equipo desea, marcar pronto para descargarse de presión y traspasar la responsabilidad al rival. Precisamente, el estilo en el que mejor ha demostrado desempeñarse este rival, que jugando así ha obtenido grandes resultados a domicilio.

El problema es que el cuadro albiazul fue incapaz de cortocircuitar el juego de un Las Palmas que se encontró asombrosamente cómodo en zona de tres cuartos y que halló una vía de agua en su banda derecha al estar demasiado solo Theo, sin ayudas de sus compañeros. Míchel generó mucho peligro con sus incorporaciones, aunque no menos problemáticas fueron las propias pérdidas de los vitorianos en la construcción del juego. La presión de los canarios fue muy efectiva y se regalaron varios pases que generaron inquietud, aunque al descanso se conservó la renta.

Ya a la vuelta de vestuarios, y cuando parecía que no podía pasar nada en una fase de oscuridad por parte de los dos contendientes, llegó el empate del Las Palmas en una acción en la que la zaga se mostró excesivamente blanda. Era el minutos 56, con más de media hora por delante, pero la esperada reacción alavesista no se atisbó por ninguna parte. Si en el primer acto las internadas de Edgar generaron algo en la ofensiva, en la segunda El Glorioso se metió en un desierto futbolístico del que no fue capaz de salir. La variación táctica de Pellegrino apostando por dos delanteros no sirvió de nada, ya que el balón apenas llegó a zona de ataque.