VITORIA - Hace ya tiempo que los futbolistas profesionales ejercen como tales más allá de un terreno de juego. Así por ejemplo, especialmente activos en la relación con los beneficios para su óptimo rendimiento, son los capítulos relacionados con los tiempos de descanso y recuperación, la pauta metódica y constante de los fisioterapeutas y, sobre todo, la nutrición, auténtico foco tanto de prevención de lesiones como de lo contrario. En este sentido, el Alavés cuenta en su actual plantilla con dos casos que llaman la atención por la profesionalidad con la que gestionan este asunto. Uno de ellos es Marcos Llorente, conocido en el vestuario albiazul por cumplir a rajatabla con una dieta llamada paleodieta cuyos ingredientes y condimentos se los sube su padre todas las semanas desde Madrid.
El otro perfeccionista es el propio Ibai Gómez, que advierte de antemano que no es un bicho raro. “Esta temporada he empezado a traerme mis propias comidas y da un poco de reparo llevarlas al vestuario y demás, pero se trata de una dieta específica y diferente a la de mi compañero Marcos. La mía es más variada y no tan estricta”, reconocía recientemente el jugador vizcaíno en una entrevista en Marca, donde agradeció públicamente la influencia que este año está teniendo en su rendimiento el preparador físico y nutricionista Endika Montiel. - DNA