0-1, minuto 76: Santos, de penalti. Unai García atropella a Theo justo sobre la línea y el venezolano marca desde los once metros de disparo a la escuadra izquierda.
Amonestó a Unai García (minuto 17), Fausto (minuto 65), Toquero (minuto 72), David García (minuto 75), Espinoza (minuto 88), Miguel Flaño (minuto 90) y Oier (minuto 92).
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Pamplona - El fútbol evidenció ayer, una vez más, que es el deporte más quisquilloso del mundo y en el que menos correspondencia existe entre lo que pasa sobre el césped y lo que acaba reflejando el marcador. Que el Deportivo Alavés ganase en su visita a Osasuna puede considerarse como un resultado lógico si se tiene en cuenta el cómputo del partido entero, pero que el gol solitario y decisivo de Christian Santos llegase en una infame segunda parte y no en una notable primera es una cuestión digna de análisis. Y es que, una vez más, El Glorioso, desperdició sus mejores minutos sin marcar, aunque en esta vez lo compensó al conseguir hacer diana cuando nada hacía siquiera presagiar que podía tener la oportunidad de llevarse tres puntos que ponen freno a su caída. Por los nombres que componían la alineación, parecía que Pellegrino iba repetir la configuración de cinco defensas, pero el argentino sorprendió tácticamente con un claro 4-2-3-1, ejerciendo Theo de extremo izquierdo, con Toquero a la derecha y Camarasa por detrás de Santos. Pero, más allá de esquemas, lo que tuvo ayer claro de inicio El Glorioso es que no podía repetir la imagen de apatía que transmitió en Anoeta. Un derbi exige pasión. Y así lo entendió el equipo.
Como viene siendo habitual, el juego se volcó sobre el costado izquierdo. La fuerza de Theo Hernández es fuente inagotable para el ataque albiazul. Y en su primera internada a punto estuvo de marcar Toquero, pero el remate del ayer capitán lo sacó sobre la línea Nauzet cuando ya parte del balón parecía haberse colado. Tras ese buen inicio, el cuadro albiazul le cedió balón a un Osasuna que también tenía clara la necesidad de buscar a un lateral de largo recorrido como Oier y tratar de poner el balón en los pies de los creativos Torres y De las Cuevas o del resolutivo León. Sin embargo, los rojillos se desintegraban justo cuando tocaba pisar el área y definir.
del todo a la nada Tras ese período de letargo, se reactivó el Alavés. Y después de un saque de falta, de nuevo fue el meta Nauzet quien desbarató una ocasión que iba dentro en un disparo de Torres a pocos metros. Alegría de nuevo, pero sin confianzas, ya que acto seguido Alexis tuvo que lanzarse al suelo para evitar un peligroso remate de León tras internada de Kodro. Toma y daca, ya que al poco respondía Santos con un cabezazo alto que repetiría poco después. Casi de inmediato, en el otro área era Toquero quien salvaba bajo palos una media chilena de León. Alto voltaje. El derbi se había descosido, pero la balanza seguía equilibrada. Estaba el partido en un acierto. O en un error. Con el cuadro albiazul llevando el peso con cada vez mayor insistencia, pero con los rojillos encontrando espacios. Tablas al descanso a pesar de que ambos contendientes, sobre todo el vitoriano, habían disfrutado de buenas opciones para decantar la balanza de su lado. Toda esa intensidad provocada por el carrusel de idas y venidas del final de la primera parte dio paso a una bajada de tensión alarmante tras el paso por los vestuarios. Como si los dos equipos se hubiesen quedado fríos. O, seguramente, como si los dos entrenadores hubiesen encendido las alarmas con un discurso en el que ponderasen la necesidad de frenar el correcalles, cerrar muchos mejor los espacios y potenciar la seguridad defensiva.
Osasuna fue tirando a arreones e incluso Pacheco hubo de hacer una de sus divinas apariciones. Pero el Alavés cayó en un estado de colapso casi absoluto. Pocas salidas y malas. Con serios problemas con el balón en los pies y sin ser capaz de encontrar posiciones ventajosas para el remate. Como si tuviera metidos los dos pies en arenas movedizas y se fuese hundiendo lentamente sin poder remediarlo.
siempre theo Las opciones de ganar se difuminaban. Simplemente por la incapacidad para intentarlo de un Glorioso desvencijado, irreconocible con respecto al de la primera parte. Se le suele achacar a Pellegrino que tarda demasiado a la hora de hacer los cambios. Parece que estar sentado en la grada no mejora ese mal. Con su equipo muerto sobre el césped, el primer cambio llegó a los 71 minutos. Y dio sensación que por problemas físicos de Femenía, ya que entró otro lateral como Vigaray.
Pintaban bastos, pero el fútbol se resuelve en los pequeños detalles. Y ayer, como no podía ser de otra manera, fue Theo en su enésima cabalgada por la banda izquierda el que se inventó el peligro de la nada. Se colaba el francés en el área cuando Unai García le atropelló justo sobre la línea. No dudó Ocón Arraiz: el contacto se produjo dentro y, por tanto, penalti. Zurdazo de Santos a la escuadra y tres puntos que ponen freno a la inquietante caída libre alavesista antes del próximo parón de liga, que a buen seguro aprovechará el Deportivo Alavés para recobrar fuerzas y recuperar efectivos.
Dominio sin gol. El Alavés volvió a protagonizar una muy buena primera parte en la que acumuló una cantidad de ocasiones de gol destacable, pero le faltó embocar el balón en alguna de las opciones de que disfrutaron Toquero, Torres, Santos o Camarasa. Osasuna también inquietó, sobre todo a través de León.
Penalti salvador. El juego del cuadro albiazul en la segunda parte fue un absoluto desastre, pero cuando peor pintaban las cosas una cabalgada de Theo acabó en derribo de Unai García en el área y desde el punto de penalto Christian Santos consiguió el que sería gol decisivo.
De más a menos. Dibujó un nuevo sistema (4-2-3-1) y el equipo protagonizó una buena primera parte en la que no fue capaz de marcar en una de sus muchas ocasiones, pero tras el descanso el Alavés se desdibujó y dio una muy mala imagen. Así y todo, acabó marcando y llevándose el duelo.
Se ha convertido en la gran referencia ofensiva de este Alavés, cuestión ya de por sí bastante preocupante. Ayer de extremo, protagonizó las acciones más peligrosas y provocó el penalti.
No hubo ningún alavesista especialmente destacado en lo negativo ayer, pero al central marroquí se le vieron las costuras en alguna acción que requería de mayor contundencia.