Vitoria - El frío de la noche vitoriana y de su amanecer ayer, con el termómetro bajo mínimos, lo combatieron muchos alavesistas con un calentón de tres pares de narices. Para los que querían acudir el sábado a El Sadar con una de las 450 entradas que el Deportivo Alavés sacaba ayer a la venta para sus abonados, no quedaba otra que tragarse una cola de muchísimas horas. Y ni siquiera pasarse media noche a la intemperie y esperando a que abriesen la tienda a las 9.00 horas aseguraba el éxito, ya que la escasa oferta se veía ampliamente superada por la demanda. En esta tesitura, minutos antes de que comenzase la venta, los ánimos en la cola estaban muy caldeados. Y es que nadie se explicaba que a estas alturas de la vida el club no utilice el sistema del sorteo -que, además, da también opciones a los que no pueden ir a hacer cola al club durante horas y horas- para repartir los pases de los que dispone y obligue a sus abonados a perder el tiempo haciendo una cola que, en mucho casos, no sirve para nada más que frustrarse y volver a casa con un enfado monumental y, en el caso de ayer, con el frío metido en el cuerpo hasta los huesos.

“¡Esto es una vergüenza!”. “¡Parecemos un club tercermundista!”. “¡No se respeta a los abonados!”. Afirmaciones de este calibre eran las más suaves cuando el reloj se acercaba ya a a las nueve de la mañana. Las primeras de la fila -que rodeaba toda la tribuna de preferente y se estiraba prácticamente hasta los frontones- llevaban ya doce horas de espera, bien pertrechadas con mantas y café y con un frío encima considerable después de toda la noche a las puertas de la tienda. Por lo menos ellas consiguieron sus entradas. Muchos otros, a partir de los que llegaron a Mendizorroza rondando las cinco de la mañana, se quedaron con las ganas al agotarse rápidamente los 450 pases que se sacaron a la venta. Y es que, con el sistema que permite que un abonado presente cinco carnés, con poco más de un centenar de personas se cubrió el cupo.

Se quejaban los que no consiguieron entradas después de soportar muchas horas de cola con muchísimo frío para nada. Pero también los que se hicieron con un pase. “Esto no se puede volver a repetir”, aseguraban unos y otros, siendo el sorteo la mejor y más equitativa solución según los presentes.

Tras las quejas recibidas, por la tarde el Alavés emitió un comunicado oficial en el que, de cara al futuro, se comprometió a “estudiar y activar un nuevo procedimiento de venta de entradas” para los abonados en los siguientes desplazamientos. Los alavesistas que mantienen aún la ilusión de estar presentes en El Sadar no lo tendrán fácil. Osasuna tiene todavía alrededor de dos mil entradas, pero las utilizará primero para cumplir con sus muchos compromisos y solo abrirá las taquillas el mismo sábado por la mañana, seguramente con una cantidad de pases muy pequeña para la venta abierta al público.

Vitoria - Como cabía prever, el Deportivo Alavés se topó ayer con el procedimiento de actuación habitual del Comité de Competición cuando se busca la anulación de una tarjeta. Dicho organismo siempre alude a la autoridad “única e inapelable” de los árbitros en el orden técnico para dirigir los partidos, por lo que no es posible revocar una decisión arbitral invocando una discrepancia en la interpretación de las reglas del juego, cuya competencia “única, exclusiva y definitiva” corresponde al colegiado. Así, las apreciaciones arbitrales referentes a la disciplina deportiva basadas en hechos relacionados con el juego son definitivas y se presumen ciertas, obligando a quien las impugna a hacer quebrar su interina certeza con una prueba concluyente y rotunda, que ponga de manifiesto un claro error arbitral, ya sea por la inexistencia del hecho reflejado en el acta o la patente arbitrariedad de la misma. Tras examinar las pruebas videográficas enviadas por el Alavés, Competición estimó que el rigor probatorio exigido para hacer quebrar la presunción de veracidad de los hechos establecidos en el acta no es suficiente a los efectos pretendidos, por cuanto el examen de las imágenes no permite desvirtuar el contenido del acta arbitral, al no poder descartarse el contacto del balón con el brazo del jugador Deyverson antes de que, efectivamente, termine golpeándole igualmente en su rostro. Es decir, que no descarta que el balón no le golpease en el brazo, pero que no es capaz de determinarlo con las imágenes existentes.

Así las cosas, de momento Deyverson sigue con cinco cartulinas amarillas, por lo que el sábado no podrá jugar en Pamplona. En todo caso, el Alavés anunció ayer que seguirá recurriendo, en este caso al Comité de Apelación, con el objetivo de que dicha amonestación sea retirada y pueda jugar en El Sadar.

los técnicos, dos partidos Quienes, como cabía esperar, no podrán sentarse en el banquillo alavesista ni ante Osasuna ni frente al Espanyol serán Mauricio Pellegrino y Carlos Compagnucci. El entrenador principal y uno de sus ayudantes fueron expulsados por protestar en el transcurso del último partido contra el Real Madrid y Competición les ha impuesto la sanción mínima de dos partidos por discrepar de las decisiones de los colegiados.