Vitoria - En septiembre de 1920 se juntaban a charlar de fútbol en las mesas del bar El Nido un grupo de seguidores del Real Madrid que, con Mariano Herrero a la cabeza, pusieron en marcha la primera agrupación de aficionados al fútbol en España y, por tanto, también la primera en la historia del club de Chamartín. La Peña Mariano fue la precursora hace casi un siglo del comienzo de la extensión del madridismo por lo largo y ancho del orbe. No en vano, el club blanco supera las 2.300 peñas oficiales, lo que le convierte en la entidad deportiva con mayor seguimiento del mundo. Dominador del mercado de aficionados de norte a sur y de este a oeste. El que más seguidores tiene dentro de las fronteras hispánicas y con presencia internacional en los cinco continentes. Con semejante poder de atracción, también en Álava tiene sucursales de seguidores la Casa Blanca. Para ellos, como por ejemplo los miembros de la peña Vitoria La Blanca que es la más nutrida y activa de las que han existido en Vitoria, la visita del Real Madrid mañana a Mendizorroza supone recuperar un día festivo perdido tras el largo transitar del Deportivo Alavés por las catacumbas del fútbol estatal y que se recupera con el regreso de El Glorioso a la máxima categoría. La escritora Eva García Sáenz de Urturi se refiere a la capital alavesa como la ciudad blanca. No lo es tanto actualmente en lo referido a lo futbolístico, aunque en Vitoria también hay mucho corazón merengue.
Falta media hora para que arranque el Cultural Leonesa-Real Madrid de Copa del Rey y los miembros de la peña van llegando. “En un partido así, y encima en abierto, no nos juntaremos más de treinta, pero contra el Barcelona o el Atlético no queda ni sitio para sentarse”, explica el presidente, Luis Morente. El goteo es constante hasta que la cifra de asistentes se acerca a la prevista. Un bocadillo, un plato combinado, una caña, un kalimotxo... Pepe Gómez, Vicente Gibaja, Ángel Blanco, Juan Ruiz... Peñistas que se suman a la conversación. Hasta que aparece Manuel Alonso Pérez, al que todos señalan como alma mater del grupo. “Esto es nuestro orgullo. Mi mayor ilusión es esta peña”, dice refiriéndose a una sede en la que se acumulan imágenes de todas las leyendas del madridismo a lo largo de su historia. También la camiseta dedicada de un vitoriano como Iker Iturbe. Y, entre los presentes, también sale a relucir con mucho cariño la figura de la secretaria de Emilio Butragueño, nacida en la capital alavesa y que lleva años encargándose de la agenda del Buitre.
La Peña Vitoria La Blanca -el nombre se lo deben a Pili, “madridista y alavesista” como muchos de los presentes- se fundó en 1998, apenas un par de meses antes de que el Real Madrid levantase su séptima Copa de Europa. Como suele pasar, un grupo de conocidos que inexorablemente se fue agrandando a base del boca a boca y de amigos de amigos pusieron en marcha el embrión -la primera reunión del colectivo se celebró en el hotel Ciudad de Vitoria- de lo que hoy es la asociación. Esa recordada final contra la Juventus resuelta con un gol de Pedja Mijatovic la vivieron en el Hogar Extremeño y después se lanzaron a conseguir una sede oficial. La primera, en un pabellón en Betoño, fue inaugurada por el entonces presidente Lorenzo Sanz y Juan Onieva, por entonces vicepresidente económico. Los recuerdos de los presentes se agolpan.
“Por aquel entonces le llamabas a Onieva y al poco rato su secretaria te decía que Chendo ya tenía las entradas preparadas y por dónde tenías que pasar a recogerlas”, recuerdan. Fue la etapa gloriosa del Alavés en Primera, con visitas del Madrid a Vitoria cada temporada. “Yo lo viví con mucha intensidad. Me iba al hotel de concentración del equipo y me pasaba horas y horas allí esperando a que bajase alguien y hacerme una foto”, recuerda uno de los presentes. Una relación cercana entre peña y club que ahora no se reproduce. Y es que el sábado no se espera ninguna visita especial a la sede por parte de la entidad madridista, que en aquella etapa incluso les invitaba a los partidos. “Vimos el 5-0 cuando fuimos campeones de Liga en la campaña 2000-01”, evocan. “Y también cuando el Alavés nos eliminó de la Copa”, rememora algún otro.
las entradas, muy caras El cambio de los tiempos es negativo en muchos más sentidos. Por ejemplo, solo una veintena de los prácticamente 140 peñistas acudirá mañana a Mendizorroza: “Se están pasando con los precios, pero no es solo una cuestión del Alavés. Hace unos años llenábamos tres o cuatro veces sin problemas un autobús para ir al Bernabéu a partidos de Copa de Europa. Ahora las entradas están por las nubes y la gente va a título personal, pero es más difícil hacer cosas organizadas”.
Precisamente, los dineros les llevaron a cambiar de sede. De una en alquiler a la actual, en propiedad. Una inversión muy importante para los socios, pero todos ellos se enorgullecen al enseñarla, descubriendo sus tesoros. “Nos cobraban 160.000 pesetas más IVA al mes y no nos la querían vender, así que decidimos mudarnos y tuvimos que afrontar una inversión muy importante, pero todos lo apoyaron”, aseguran.
Todos son madridistas, pero se alejan de las etiquetas que mucha gente impone a los seguidores de dicho club. Los colores por un lado; la política, por otro. “No somos ni fachas, ni ultras, ni nada de eso. Mucha gente tiende a generalizar, pero aquí hay de todo: mayores, niños, hombres, mujeres, de derechas y de izquierdas. Lo único en lo que coincidimos todos es en nuestro madridismo”.
corazones divididos La visita del equipo de sus corazones a Vitoria provoca, en la mayoría de los casos, sentimientos encontrados. En el colectivo hay mucho socio albiazul. Y entre los familiares, amigos o vecinos la semana es de piques, debates y apuestas. “Son días bonitos con la gente que te conoce, siempre hay esa rivalidad. Y si tu equipo pierde, te lo están recordando todo el año”, señalan jocosos.
Para muchos de estos madridistas, una derrota mañana dolería un poco menos. “Lo mejor, un empate”, dicen algunos. Otros, directamente, le desean al Alavés que “gane todos los partidos a partir del nuestro y que siga muchos años en Primera”. En la sede de la peña también se han celebrado los goles del Glorioso. Por ejemplo, el que le metió Manu García al Atlético de Madrid para empatar. Y todavía más los de Deyverson e Ibai Gómez para firmar la victoria en la visita al Barcelona. “Ese día sí que lo pasamos bien”, rememoran jocosos y alegres.
De cara a mañana, todos tienen incertidumbre. “El Madrid está muy irregular, pero Cristiano cualquier día te mete cuatro”, analizan, al tiempo de que ven “muy bien al Alavés, aunque le falta un poco de gol”. En la Peña Vitoria La Blanca, todos seguirán con especial atención este duelo recuperado.