El Deportivo Alavés se ha abonado en sus desplazamientos a finales plenos de agonía en los que la moneda está cayendo últimamente de manera persistente del lado de la cruz después de ese aún recordado gol de Manu García en el minuto 95 en el Vicente Calderón que vino a compensar uno anterior del Atlético ya marcado en el alargue. Ayer se cumplía el primer minuto de los cinco de descuento que el colegiado había decretado ayer en el Sánchez Pizjuán y el 1-1 campeaba en el marcador, pero, mientras los albiazules reclamaban una falta sobre Deyverson, Vitolo se coló en el área para servir a Ben Yedder el balón que el delantero francés acabaría transformando en el definitivo 2-1 en el minuto 91. Otro desenlace mortal en un desplazamiento en el que El Glorioso hizo méritos de sobra para llevarse un premio mayor.

El partido en la capital hispalense se pareció demasiado en vivido hace apenas diez días en Valencia. Entonces, como ayer, el Alavés se mostró superior a su rival durante la primera parte y no aprovechó sus opciones, fue capaz de sobreponerse a un 1-0 inicial, sufrió extremadamente en dos malas segundas partes y acabó quedándose sin un punto que parecía asegurado. En Mestalla fue en el minuto 88. Ayer, en el 91. Un poco más tarde. Y todavía más doloroso aún.

Se ha abonado el equipo de Pellegrino en sus desplazamientos a finales plenos de agonía. En el minuto 93 marcó Gameiro de penalti en el Vicente Calderón, pero aún llegó en el 95 el gol de Manu García para rescatar un punto ante el Atlético. En el Camp Nou, ya cerca del 95, Messi falló lo que nunca yerra y el cuadro vitoriano pudo conservar el 1-2. En el 88 un penalti de Llorente lo transformó Parejo en el 2-1. En Sevilla, el signo de la derrota se repitió, ya en el minuto 91.

Ese gol de Ben Yedder, el segundo en la cuenta del francés, llegó después de un nuevo ejercicio de resistencia por parte de los alavesistas. Como en Valencia, a una primera parte le sucedió una mala segunda. Además, ante un rival mucho más poderoso. El Sevilla acogotó a los albiazules, los metió en su área y las ocasiones se acumularon hasta que los hispalenses consiguieron dinamitar la portería de un Pacheco de nuevo magistral. Pero llegó la reacción que siempre parece guardarse este Glorioso en la manga para conseguir un empate que finalmente acabaría saltando por los aires en otro desenlace mortal.