Vitoria - Si por algo se ha caracterizado Josean Querejeta a lo largo de su extensa trayectoria como gestor deportivo es por su gusto de realizar un control personal de todo lo que se mueve en su entorno, siendo protagonista en primera persona de todas las decisiones importantes desde su acceso a la presencia de Saski Baskonia y también desde que asumiera los mandos del Deportivo Alavés. En la toma de decisiones, nunca ha habido nadie a su altura. Eso no quiere decir que no haya contado con colaboradores fieles -algunos de ellos brillantes en su especialidad, como los Carlos Izar de la Fuente, Alfredo Salazar o Juanjo Seoane- con margen de actuación, pero siempre con la alargada sombra presidencial a su vera dentro de entramados en los que el resto de miembros del consejo de administración -la mayoría, familiares directos o amigos íntimos- solo suponen cargos nominales sin poder decisorio. En esta tesitura, desde el verano de 2014 ha ido ganando importancia una persona a la que Josean conoce a las mil maravillas y que en estos dos últimos años ha ido ganando relevancia dentro del denominado Grupo Baskonia. Se trata de su propio hijo, Haritz, convertido en una de las piezas fundamentales del conglomerado deportivo, ya que es el director general del bloque formado por los clubes de fútbol y baloncesto. Sin duda, una figura preeminente en el día a día de las dos entidades.
Aunque lleva dos años en las oficinas del Buesa Arena, el pasado sábado se produjo la primera aparición con trascendencia pública de Haritz Querejeta. Con su progenitor en Barcelona y el presidente del Glorioso, Alfonso Fernández de Trocóniz, también de viaje a la Ciudad Condal, el director general del Grupo Baskonia fue el encargado de presentar el acuerdo de colaboración con Save the Children, situándose por primera vez delante de los focos y los micrófonos.
A la conclusión del acto, sobre el césped de Mendizorroza, Haritz -acompañado de Mikel Barcena, director comercial baskonista- se acercó a los periodistas allí presentes y se mostró cercano y cordial, inquiriendo opiniones de los presentes y ofreciendo explicaciones acerca de las reformas llevadas a cabo en el estadio, la nueva situación de la prensa en la grada, el estado de la hierba recién plantada, la configuración del equipo e, incluso, preocupaciones del club con la previsible reaparición de las goteras en la cubierta del estadio cuando llueva. Una charla distendida, con intercambio de impresiones y en la que ya rumiaba la opción de, unas horas más tarde, conseguir un resultado importante en el Camp Nou.
“la idea es consolidarnos” Su aparición como máximo representante del Grupo Baskonia el pasado sábado no hace otra cosa que reafirmar que Querejeta junior es ya una figura muy destacada en el organigrama del conglomerado. Después de cursar estudios empresariales y de negocios, estuvo unos años dedicado a la hostelería y a la gestión de la ciudad deportiva del Baskonia y, después de estrenarse en los despachos deportivos al frente del Club Deportivo Hielo Bipolo, desembarcó en el verano de 2014 en las oficinas del Buesa Arena. Pero, más allá de su carrera académica y profesional, cuenta con un conocimiento de los entresijos del deporte profesional que no tienen parangón, ya que los ha mamado en su propia casa casi desde que nació. Una experiencia de valor incalculable que nadie tiene a su alcance.
A sus 35 años, su papel cada día es más importante. Y también su peso en el desarrollo de las estructuras de Baskonia y Alavés. No en vano, ha sido ejecutor principal en la toma de muchas decisiones este verano y ha apostado por varias personas a las que conoce de primera mano en la ampliación del organigrama del club del Paseo de Cervantes. En una de sus contadas apariciones en medios de comunicación, justo antes del arranque de la competición liguera, el periódico económico Cinco Días recogía unas declaraciones suyas -en referencia a los recién ascendidos y lo que supone acceder al extraordinario ingreso por la venta de los derechos televisivos- en las que hacía una clara declaración de intenciones de cara al futuro. “La idea es consolidarnos, dotando al club de una estructura que le permita generar recursos sin depender de la televisión. Ese dinero nos sirve para mejorar las instalaciones, el deporte base y crear una estructura sólida. Hemos contratado a casi treinta personas para reforzar todo lo relacionado con la generación de recursos: comunicación, marketing, comercial, internacionalización de la marca... Con todo, nuestra idea es no vivir nunca por encima de nuestras posibilidades”, explicaba.
de cara a futuro Josean Querejeta ha expresado en no pocas ocasiones que le queda cuerda para rato en esto de la gestión deportiva y la magna empresa emprendida en el Alavés supone un reto de proporciones mayúsculas que le ilusiona especialmente. Lo mismo que la actual situación del Baskonia, con su presencia entre la élite europea asegurada durante diez años. Un panorama espléndido del que quiere ser patrón en primera persona durante mucho tiempo más. El próximo 19 de marzo, el mandatario alcanzará los 60 años. Muchos a esa edad ya piensan en anticipar la jubilación, pero no es el caso. Eso sí, nadie es eterno. Y, en ese sentido, la figura de su hijo mayor -tiene otros dos, pero aún menores de edad- se antoja como fundamental para entender la transición. Y es que, por mucho que también haya repetido en varias ocasiones que no le gustaría que sangre de su sangre siguiese sus pasos por los sacrificios que ello supone, la continuidad familiar es una de las vías de futuro para Alavés y Baskonia. La otra pasaría por una hipotética venta que Querejeta no se plantea. Todo es elucubrar a estas alturas, ya que parece que aún falta mucho tiempo para llegar a ese cruce de caminos que se producirá cuando Josean decida que su tiempo ha acabado. De momento, Haritz va ganando relevancia en el día a día del Grupo Baskonia y su figura ya es una de las preeminentes.