VITORIA - El Alavés apura las últimas horas del mercado de fichajes en una desesperada búsqueda de la guinda al pastel y ese jugador “superlativo” que sea capaz de marcar una diferencia notable en la actual plantilla. Esta medianoche sonará la campana que ponga fin al plazo hábil de incorporar nuevos jugadores y, de no mediar sorpresa u oportunidad de última hora, hasta el mes de enero no se abrirá la opción de contratar más futbolistas. Después de 17 incorporaciones firmadas por Sergio Fernández, el radar albiazul se orienta a la posibilidad de buscar un hombre en la zona de ataque como complemento que apuntale las variantes que ofrecen Christian Santos, Deyverson e incluso Gaizka Toquero que también ha jugado ya de delantero en el estreno liguero. Fuera de las quinielas aparece Manu Barreiro relegado a un papel secundario a las órdenes de Pellegrino, cuyo futuro pende de un hilo y está vinculado a esa nueva posible entrada que remate el pastel.

En su puesta de largo como nuevo director deportivo, el 20 de junio, Sergio Fernández anunció su intención de contratar a 16 jugadores para armar el nuevo proyecto en manos de Mauricio Pellegrino. Desde el anuncio de la primera incorporación de Adrián Ortolá, el 11 de julio, se ha sucedido el goteo de incorporaciones hasta cerrar ese cupo con una pieza de más respecto a las previsiones iniciales con al anuncio de la cesión de Cristian Espinoza, el 19 de agosto. A la vez que iba concretando una llegada tras otra, el leonés conservaba en mente su anhelo de trabajar y buscar un jugador para la zona de ataque con el que sorprender a la afición y que fuera un último gancho para aumentar la ilusión de la marea albiazul. Desde el inicio de la carrera de fichajes se marcó Fernández ese reto y asumió que iba a ser una hipotética contratación que, en caso de producirse, llegaría sobre la bocina y apurando los plazos finales del mercado. Su labor se ha ido centrando en completar los huecos y armar un sólido y variado plantel con nueve cesiones de los clubes más potentes del panorama nacional y europeo.

Con el desarrollo de la pretemporada y los dos primeros partidos de LaLiga Santander, el renovado Alavés ha evidenciado problemas de puntería con dificultades para enfilar con acierto la portería rival. En los partidos de pretemporada el Alavés marco cuatro tantos y dos fueron desde el punto de penalti, mientras en los primeros 180 minutos de liga Manu García ha logrado la única diana. Esa laguna ha llevado a Sergio Fernández a rastrear de una manera más intensa el mercado internacional que conoce de primera mano por su trayectoria profesional y estancia en el Eibar.

Las intenciones ocultas del leonés se fijaron en el barcelonista Munir como el objeto de deseo al que perseguir y tratar de seducir, pero el hispano-marroquí ha entrado finalmente en la operación que ha llevado a Paco Alcácer al Barcelona. Tampoco ha perdido de vista durante este tiempo otras piezas interesantes como Sergio León que ha llegado a Pamplona o el prometedor Mariano que se va a quedar a las órdenes de Zinedine Zidane. Estas últimas horas están siendo de actividad frenética para Sergio Fernández que ha recibido multitud de llamadas de los representantes. Uno de los últimos jugadores ofrecidos ha sido Matías Fernández, centrocampista chileno de 30 años con pasado en el Villarreal y que no entra ya en los esquemas de la Fiorentina italiana, aunque no es el perfil que se busca ya que el sondeo pasa por un hombre de ataque.

UNA FICHA LIBRE La secretaría técnica aprovecha que aún queda un hueco vacante tras la confección de plantilla llevada a cabo este verano. Tiene Mauricio Pellegrino a su disposición a 25 jugadores, aunque el cedido por el City, Manuel García Alonso, figura como integrante del primer plantel pero con licencia del filial. Es el hueco que resta para completar el cupo de 25 licencias que permite la normativa de competición para cada conjunto y que, en caso de no cumplirse, permitiría acudir al nuevo periodo de fichajes a partir de enero en busca de esa codiciada pieza. Atento a todos estos movimientos de última hora permanece Manu Barreiro, marginado en los planes del técnico, y a la expectativa de que una nueva llegada tendría como efecto colateral su marcha de Vitoria rumbo a un conjunto que le garantice los minutos que no va a disponer en el Alavés. Sergio Llamas dispone también de ficha con el primer equipo y a pesar de los planes iniciales de buscarle una cesión, tras renovar contrato hasta el 2019, el propio jugador ha optado por quedarse hasta diciembre y tratar de convencer a Pellegrino de que puede llegar a tener un hueco en el Alavés de Primera División.