VITORIA - Correspondió a Manu García abrir el turno de los parlamentos una vez que los jugadores de la plantilla fueron presentados en la balconada en el orden de sus dorsales. No pasó por alto el capitán albiazul el fallecimiento de una joven integrante del colectivo Iraultza a la misma hora que el Alavés certificaba su ascenso y para ella y su familia fueron sus “ánimos y un fuerte aplauso” como mejor homenaje. Recordó el centrocampista que por segunda vez estaba encaramado en la balconada de San Miguel tras hacerlo por vez primera en junio de 2013 con el ascenso a Segunda División. No quiso reiterarse ni extender en sus palabras y tras agradecer de nuevo a la marea albiazul su apoyo les recordó. “A disfrutar que lo malo llega pronto y lo bueno se olvida”.
El segundo capitán, Jagoba Beobide, le sucedió para expresarse en euskera y agradecer a los seguidores el “empuje y los ánimos en los malos momentos” que ha pasado el equipo en estos tres años y también como segundo y último superviviente del anterior ascenso.
Le llegó el turno al entrenador José Bordalás que repitió su inmenso agradecimiento por el “apoyo en todos los campos” que han hecho posible convertir al Alavés en “equipo de Primera División”. Después de 24 horas de certificar la gesta “nos damos cuenta de lo que hemos hecho”, reconoció el alicantino. Tuvo tiempo para escuchar la canción que Iraultza 1921 le ha compuesto y dedicado y no dudó en sumarse el gran coro popular. “Es la primera vez que una afición me dedica una canción y se me ponen los pelos de punta”, enfatizó. Bordalás recordó de nuevo el valor de la “unión” como el principal pilar de la plantilla que ha llevado al Alavés al salto de categoría. Desde la atalaya de la Virgen Blanca comprendió el alicantino la importancia de que el Alavés llegue a la Liga BBVA. “Estoy emocionado por hacer feliz a tanta gente”. Con las palabras del entrenador se cerró la primera parte del recibimiento pero surgieron dos maestros de ceremonias como Einar Galilea y Gaizka Toquero que se apropiaron de los micrófonos para guiar los cánticos de la multitud concentrada en la Plaza de la Virgen Blanca y entonar las diferentes canciones que se escuchan en cada partido en el graderío de Mendizorrotza.
el himno, a capela otra vez El momento más espectacular llegó cuando se cantó a capela el himno del Alavés y la plaza de llenó de bufandas albiazules extendidas en una estampa que nunca se había contemplado en los diferentes recibimientos populares que se han efectuado con motivo de los ascensos del Alavés. Pasaron también David Torres y Manu García de nuevo que puso en apuros a Dani Abalo. Después Juli que fue el último en aparecer y agradecer el cariño de la afición.