Vitoria - Por más que Bordalás se empeñe, el alavesismo no está por la labor de contener la ilusión que lleva dentro desde hace ya varias jornadas y desea celebrar el ascenso a Primera División cuanto antes mejor. Y si puede ser la semana que viene ante el Bilbao Athletic -el partido se disputará en Lasesarre el jueves a partir de las 20.00 horas- o el domingo en casa ante el Numnacia (18.00 horas), pues perfecto. Hace ya varias semanas que las calculadoras echan humo y las previsiones apuntan a la necesidad de sumar dos de los cuatro partidos que restan para que el Alavés alcance el sueño. Sin embargo, todo ese escenario de gloria por el que tan de puntillas lleva el técnico albiazul pasando desde hace meses, pasa por una premisa clara y es la de ganar este domingo a la Ponferradina en Mendizorroza. Si o sí. “Por lo civil o lo criminal”, que jocosamente solía decir el difunto Luis Aragonés. De lo contrario, y aún teniendo cierto margen de maniobra, quizá los nervios podrían atenazar las piernas de los jugadores en el siguiente desplazamiento a Barakaldo a pesar de que el filial rojiblanco no se juegue nada tras haber consumado ya el descenso de categoría. Así pues, el factor Mendi volverá a ser fundamental y volverá a estar a la altura de las circunstancias, como lo ha estado siempre a lo largo de la presente temporada, tanto cuando el equipo ha jugado en casa como cuando ha ejercido de visitante. Siempre, por lejos que el desplazamiento fuera, el alavesismo se ha dejado ver en todos los campos de Segunda. Y esa fortaleza volverá a ser decisiva este domingo porque del empuje de la afición dependerá en gran parte la consecución del sueño. De momento ayer, el club anunciaba que la grada de Polideportivo, la más caliente, ya había colgado el cartel de no hay billetes. Es buena señal. Como lo es que la entidad haya decidido ceder entradas a todos los equipos de sus clubes convenidos. A estas alturas de la película, es seguro que toda ayuda será bien recibida porque en juego está no solo la ilusión de un equipo sino el deseo de toda Vitoria.